El juez estrecha el cerco sobre el sospechoso del asesinato de Helena Jubany

De entre los muchos sucesos que ha habido en Cataluña en los últimos tiempos, pocos han recibido la atención mediática del caso de la muerte de Helena Jubany. Ocurrida el 2 de diciembre de 2001, todavía se desconoce quién o quiénes fueron los culpables, pero, a pesar del tiempo, la familia nunca ha arrojado la toalla y esa insistencia empieza dar frutos: las investigaciones, tras dar muchos giros en estas dos décadas (durante mucho tiempo han estado aletargadas y el crimen ha estado a punto de prescribir), pueden tomar ahora un rumbo que permita aclarar lo sucedido. Y, en ese paso, la clave está sobre el principal sospechoso: X. Jiménez, que este viernes se ha presentado ante el juez instructor de Sabadell (Barcelona) tras haber sido citado.

Tan solo ha respondido a las preguntas de su abogado, pero el juez ha adoptado medidas cautelares y la acusación alberga esperanzas de que se pueda abrir pronto juicio oral. Así, el instructor ha impuesto al sospechoso la retirada del pasaporte, le ha prohibido salir de España y le ha impuesto comparecencias periódicas en el juzgado, medidas requeridas por la Fiscalía. La acusación pedía prisión provisional por riesgo de fuga, pero el juez lo ha denegado. Según el abogado de la familia de Helena Jubany, Benet Salellas, la defensa de Jiménez ha pedido el sobreseimiento de la causa, petición que ha sido desestimada. El juez ha concluido que «existen indicios suficientes que permiten afirmar que participó de forma activa en la comisión del delito de asesinato» de Jubany.

Salellas tiene confianza en que se llegue pronto a juicio oral y se aclare lo sucedido con la realización de nuevos análisis de la ropa de Helena Jubany. A su juicio, las mejoras tecnológicas podrían permitir un mejor examen de la ropa que la joven llevaba el día del asesinato y buscar restos biológicos para ver si coinciden con los del sospechoso. El juez deberá decidir en los próximos días si accede a permitir estos nuevos análisis que supondrían «un salto cualitativo», según Salellas.

Jubany, que entonces tenía 27 años y era bibliotecaria, fue encontrada muerta tras ser arrojada inconsciente, pero aún viva, a un patio de luces desde la azotea de un edificio de Sabadell, desnuda, drogada y con el cuerpo lleno de quemaduras. Poco antes de que prescribiera el crimen de Jubany, el juez instructor de Sabadell a X. Jiménez, un compañero de la víctima en la Unión Excursionista de Sabadell, después de que un informe caligráfico de la Policía Nacional lo vinculara con unos escritos anónimos que había recibido la joven pocos días antes de su muerte. El sospechoso ha negado cualquier implicación en el crimen, y ha alegado que el día del asesinato se encontraba en casa de su padre, que en la actualidad tiene 89 años de edad y padece problemas de memoria, por lo que tampoco podría ejercer de testimonio.

Lo cierto es que el juez reabrió esta causa el pasado 18 de mayo (hace ahora casi un año) después de que quedara archivado en 2005. Y tampoco ha sido fácil esta reapertura porque la propia Audiencia de Barcelona la ha tumbado en alguna ocasión. En cualquier caso, X. Jiménez es la persona sobre la cual se ciernen ahora todas las sospechas después de que la familia de Helena Jubany diera la pista porque había estado enamorado de ella. Durante este transcurso de tiempo, sin embargo, se han encarcelado ya a otros dos sospechosos y uno de ellos se suicidó en la cárcel. X. Jiménez lleva imputado desde diciembre.