Conflicto

¿Qué es el Triángulo Golfo de Barcelona?

Los vecinos de la zona exigen a las administraciones garantizar su descanso ante los botellones constantes, el ruido, la suciedad y los actos de incivismo

Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona vigila las calles del barrio de Gracia en plenas fiestas.Lorena Sopêna / Europa Press
Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona vigila las calles del barrio de Gracia en plenas fiestas.Lorena Sopêna / Europa PressLorena SopênaEuropa Press

Con el fin de la pandemia y de las restricciones, Barcelona recupera algunas de sus (malas) costumbres. El conocido como Triángulo Golfo de la capital catalana vuelve a la actualidad tras la apertura del ocio nocturno y el fin de la limitación horaria: los vecinos de la zona denuncian botellones, ruidos durante toda la madrugada y suciedad en las calles, un conflicto que resucita de nuevo.

El Triángulo Golfo, está ubicado en el barrio de Poblenou, en el distrito de Sant Martí. Es la zona de las calles Bolívia, Ciutat de Granada, Pujades, Marina y la avenida de la Meridiana -las fronteras van variando, con otras como Pere IV o Badajoz también en el centro de la polémica, dibujando un triángulo en el mapa- donde se acumulan varios locales y discotecas de gran aforo. Por ejemplo, Razzmatazz puede cobijar hasta 2.500 personas.

Sin embargo, el problema que denuncian los vecinos son las fiestas improvisadas en la calle, que se alargan hasta altas horas y se repiten también entre semana, especialmente de miércoles a domingo.

Además, el conflicto es doble: por la noche y hasta prácticamente el amanecer, los botellones se multiplican en la calle con música a todo volumen, gritos y grupos que acaban muchas veces en peleas. Ya por la mañana, se multiplica la suciedad con vómitos y excrementos, y destrozos en el mobiliario urbano.

Esta semana y a través de un comunicado, la Associación de vecinos y vecinas del Poblenou ha exigido a las administraciones que tomen las medidas necesarias para garantizar el derecho al descanso del vecindario en el entorno del barrio. Y reclaman, en primer lugar, más presencia de la Urbana para disuadir los botellones en la calle que luego dan pie a altercados y situaciones de incivismo.

“Es necesario que se tomen medidas urgentes y efectivas que permitan mejorar de forma inmediata la situación, pero también es necesario tomar medidas más a medio y largo plazo que permitan que en nuestra ciudad se garantice el descanso y la convivencia, y que se haga escuchando la voz de todos. Queremos una ciudad en la que, evidentemente, se pueda dormir, pero también una ciudad que permita a la gente joven expresarse y vivir plenamente”, señala la entidad en un comunicado.

“Las soluciones son complejas, pero son necesarias. Por tanto es necesario que las administraciones respondan ante una situación que viene de lejos pero que últimamente se ha convertido en insostenible”, advierten ante la pasividad de las administraciones competentes, especialmente del Ayuntamiento de Barcelona.

Y, como señalan, el conflicto viene de lejos, incluso hace más de una década, aunque ahora ha revivido con virulencia tras la pandemia y las restricciones impuestas durante casi dos años. Por ello, los vecinos se han organizado y celebran asambleas semanales y actividades de protesta desde hace algunos meses. La plataforma se conoce ahora conoce como SOS Triángulo Golfo.

Por ejemplo, en 2014, una de las medidas que se adoptó fue la firma de un convenio entre el distrito de Sant Martí de Barcelona con 18 locales de ocio nocturno por el que crearon una unidad de 14 colaboradores -pagados por los locales y gestionados por el Ayuntamiento- para patrullar por la zona para advertir a quienes realicen acciones incívicas y avisar a los cuerpos de seguridad.