Los peores incendios de la historia de Cataluña

El control por parte de los Bombers de la Generalitat del principal foco de incendio declarado en Pont de Vilomara, ha coincidido con otros dos fuegos muy sospechosos en la misma zona. De momento, con más de 1.500 hectáreas arrasadas es el peor episodio de llamas este verano, pero no hay que lamentar víctimas mortales, algo que ha sucedido en demasiadas ocasiones en Cataluña.

HORTA DE SANT JOAN

El incendio afectó a unas 1140 hectáreas de vegetación, principalmente pino blanco. En las tareas de extinción del incendio, perdieron la vida 5 bomberos de entre 31 y 47 años mientras trabajaban en las tareas de extinción del fuego y uno de ellos resultó gravemente herido. Los seis operarios, que pertenecían al Grupo de Refuerzo de Actuaciones Forestales (GRAF) un grupo de bomberos profesionales especializados en incendios forestales, trabajaban en primera línea para frenar el avance del fuego cuando, alrededor de las cuatro de la tarde del 21 de julio de 2009, un súbito cambio de viento les sorprendió, según explicó el entonces secretario general del interior, Joan Boada. Al parecer, aunque los efectivos se taparon con una manta ignífuga, murieron o quedaron muy malheridos. Los dos supervivientes fueron traslados al Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Los pirómanos fueron condenados a prisión. La forma en que se gestionaron las tareas de extinción fue casi de inmediato sometida a evaluación política. Desde el 8 de febrero hasta el 18 de marzo de 2010, tuvo lugar una comisión parlamentaria.

ANOIA

Las comarcas de la Conca de Barberà y la Anoia sufrieron el peor incendio de 2021. Se calcinaron en un día casi 1.400 hectáreas de seis municipios en ambas zonas. El fuego obligó a desalojar a centenares de vecinos y a confinar las poblaciones de Santa Maria de Miralles y Sant Martí de Tous, hacia donde se dirigían las llamas de unas llamas muy activas. Al final fueron arrasadas más de 5.000 hectáreas. Los constantes focos secundarios y el avivamiento del fuego complicaron mucho las tareas de extinción.

EMPORDÀ

Los incendios del Empordà que se declararon en 2012 fueron los más graves que se registraron en la zona desde 1986, según recordó el entonces conseller de Interior, Felip Puig. El incendio afectó una superficie de unas 13.000 hectáreas de vegetación, y movilizó unas setenta dotaciones terrestres. En 1986 el fuego afectó entonces unas 20.000 hectáreas. Hubo 2 fallecidos.

LA JONQUERA

Ocurrió el mismo año que el gravísimo fuego de la comarca del Empordà, 2012. Debido al intenso viento de Tramontana que soplaba dirección sur y la sequedad del ambiente se facilitó la propagación del fuego hacia el sur, afectando a bosques, pueblos, ciudades y carreteras. Complicándose las tareas de extinción y dejando una enorme columna de humo visible a kilómetros de distancia. La magnitud del desastre precisó de todas las ayudas del Ejército. El fuego de La Junquera dejó un balance de dos muertos: el primero, al sufrir un paro cardíaco en la localidad de Llers tras verse atrapado por las llamas en el jardín de su casa, y el segundo murió tras sufrir quemaduras en el 80% del cuerpo en una explosión de unos depósitos de gasolina en Agullana.

BERGA

Un total de 38 millones de indemnización recibieron un centenar de propietarios de los terrenos afectados por el gran incendio que del 4 al 20 de julio de 1994 arrasó la comarca del Berguedà. El fuego, que se inició en una línea baja tensión en la pedanía de Gargallà, perteneciente al municipio de Montmajor (Barcelona), devastó 19.450,9 hectáreas -13.998 hectáreas forestales y 5.452 no forestales- y provocó la muerte de cuatro personas de poblaciones vecinas, recuerda la sentencia. El fuego se propagó rápidamente y acabó afectando a los términos municipales de Montmajor, Navès, Viver i Serrateix, Montclar, Espunyola, Puig-Reig, Casserres, Sta. Maria de Merlès, Gironella, Sagàs, La Quar, Avià, Olvan y Lluça.

MONTSERRAT

Un violento incendio forestal que comenzó una mañana de 1986 en tres puntos diferentes cerca de la población de Maians, en el término municipal de Castellfollit del Boix (Barcelona), alcanzó el monasterio benedictino de Montserrat, después de arrasar buena parte de la montaña. Las llamas afectaron parcialmente al huerto de los monjes y llegaron a unos 15 metros del complejo hotelero. Durante varias horas el monasterio estuvo incomunicado, incluso telefónicamente, y hacia las siete de la tarde unas 1.000 personas que habían quedado aislados en sus alrededores empezaron a ser evacuadas.