En la mesa

Aragonès relega la negociación de un referéndum en plena tormenta independentista

Exige al Gobierno acelerar la desjudicialización y aprobar reformas antes de final de año

El presidente de la Generalitat Pere Aragonès en la apertura del curso esta semana
El presidente de la Generalitat Pere Aragonès en la apertura del curso esta semanaKIKE RINCÓN - EUROPA PRESSKIKE RINCÓN - EUROPA PRESS

El president Pere Aragonès posterga la negociación de un hipotético referéndum acordado en la mesa de diálogo y admite que no lo ve posible “a corto plazo” en plena antesala de la Diada, coincidiendo con la nueva tormenta independentista por las disputas entre Junts y ERC, y el plante de los republicanos a la manifestación de la ANC.

“Yo engañaría a la ciudadanía si digo que en tres meses tendremos reconocido un referéndum. Ahora, el objetivo está centrado en la desjudicialización y el fin de la represión. Vamos a destinar los próximos meses a esta carpeta y después ya afrontaremos el resto de carpetas, como la relación entre Cataluña y España”. Así de claro ha respondido en una entrevista en TV3 con motivo del 11-S y del arranque de un curso político convulso, con un ojo en el propio Palau de la Generalitat y otro en la Moncloa.

Si dijera “es posible en una semana o un mes” un referéndum pactado, “no estaríamos dando la información adecuada”, porque “un proceso de negociación necesita tiempo, y el independentismo se debe fortalecer más y generar consensos en la sociedad catalana”, ha abundado acerca de este aspecto.

Sobre la negociación con el Gobierno de Pedro Sánchez, ha exigido acelerar los tiempos y pactar medidas antes del 31 de diciembre bajo el argumento de que el año que viene los sucesivos pasos por las urnas condicionarán la mesa de diálogo. “El Estado ha entrado en dinámica preelectoral y sabemos que, cuando hay elecciones, al Estado le cuesta mucho más entrar en un proceso de negociación”, por lo que ha advertido que “hay tres meses para trabajar” en acuerdos “efectivos” relativos a la desjudicialización.

El president no se ha pronunciado sobre si las exigencias de ERC a Pedro Sánchez pasan por una reforma del delito de sedición y el de rebelión, y se ha limitado a defender la necesidad de hacer las modificaciones legislativas necesarias para conseguir unos “resultados que se parezcan al máximo a una amnistía”.

En clave interna, Aragonès ha vuelto a defender su plante a la movilización independentista de la ANC en la Diada -”No tiene sentido que vaya a una manifestación en contra del Gobierno que presido- y se ha mostrado confiado y “convencido” en que Junts no abandonará el Ejecutivo pese a su ultimátum.

“En estos momentos lo que la ciudadanía nos pide es que todo el mundo siga asumiendo sus responsabilidades más allá de los matices o las divergencias que puedan haber sobre cómo conseguimos la independencia. En muchos otros ámbitos tenemos que seguir trabajando, tenemos que estar al pie del cañón”, ha reiterado.

Por contra y también este miércoles, en vísperas de la Diada, los posconvergentes han hecho público un manifiesto en el que llaman a la unidad independentista con algún que otro reproche hacia Esquerra. “Nos parece demasiado fácil señalar a unos u a otros por todo aquello que nos parece que no han hecho suficientemente bien, demasiado fácil quedarse en casa con una razón que si no es compartida ni mayoritaria no es motor de cambio”, asegura el texto.

En el documento, Junts defiende “mirarse al espejo” y asumir “los errores propios y colectivos”, en referencia al referéndum ilegal del 1-O: “Hace cinco años que escribimos una partitura que solo hay que leer para saber dónde afinamos y dónde desafinamos”.