El SEM estrenará nueva sede en el segundo semestre de 2024

Hace 16 años se inauguraba la actual sede del Servicio de Emergencias de Cataluña (SEM), un edificio que respondía a las necesidades y características de este servicio entonces, pero que ahora, cerca de dos décadas después y tras una pandemia, la infraestructura ha quedado obsoleta.

“El SEM ha cambiado mucho en los últimos 16 años, se ha redimensionado para convertirse en un servicio integrado en el continuum asistencial y la pandemia, al margen de demostrar que este servicio ha sido un elemento clave en la gestión de la misma, ha puesto de manifiesto la importancia de disponer de una infraestructura moderna que pueda dar respuesta a imprevistos y diferentes casuísticas a las que se enfrenta el SEM”, comentaba al respecto Ivan Planas, subdirector del Servicio Catalán de Salud, y todo ello ha puesto de evidencia la necesidad de dotar a este servicio de una nueva sede, cuya inauguración está prevista para el segundo semestre de 2024.

Esta nueva infraestructura, que se ubicará en la Gran Vía, al lado del Instituto Catalán de Oncología (ICO) ocupará una superficie de 22.500 metros cuadrados en suelo propiedad de la Generalitat de Cataluña y albergará a 700 profesionales. La nueva sede, cuya construcción tendrá un coste aproximado de 50 millones de euros y se financiará con Fondos Europeos para la Recuperación, centralizará servicios y profesionales del SEM. Así, el eje principal del edificio, que cuenta con cinco plantas, dos de ellas subterráneas, está integrado por grandes salas de emergencia CECOS, una base operativa, un centro logístico de alcance territorial y un espacio de formación polivalente. Además, la construcción alberga los servicios administrativos y funcionales necesarios que integran el Sistema de Emergencias Médicas de Cataluña, incluyendo el 061 Salud Responde y parte del 112.

La nueva sede se ha diseñado bajo cinco premisas claves. Por un lado, ésta responde al principio de durabilidad por el cual recurre a soluciones constructivas que permiten optimizar la vida útil del espacio y reducir los costes de mantenimiento. Asimismo, la edificación busca la flexibilidad que le permita responder a situaciones de emergencia imprevistas y crecimientos puntuales del servicio y, paralelamente, pretende ser resiliente para garantizar la continuidad del servicio en casos de contingencia crítica, duplicando suministros esenciales. Además, la nueva sede ha de dotarse de elevadas medidas de seguridad que garanticen el servicio en momentos de riesgo y, por último, ha de apostar por la sostenibilidad, con la instalación de placas fotovoltaicas y estrategias en la propia construcción del espacio.

En definitiva, esta nueva infraestructura, que tras el desarrollo del plan funcional y el anteproyecto se encuentra ahora en fase de licitación, mejorará significativamente la capacidad de respuesta del SEM con una arquitectura y un diseño pensados específicamente para dar respuesta a las necesidades de este servicio, pero también para garantizar el confort y bienestar de sus profesionales y, en este sentido, el edificio cuenta con espacio verdes y mucha luz natural.

“Se trata de una estructura estratégica de país”, aseguraba el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, durante la presentación del proyecto, quien al respecto señalaba que, gracias a ésta, en 20 años se va a pasar de “no tener SEM a tener una infraestructura clave para el país”. En este sentido, cabe recordar, además, que la nueva sede contará con una ubicación estratégica, ya que no solo se encuentra situada en un lugar de entrada y salida de la ciudad, sino que forma parte de un clúster biomédico, el cual está también integrado por el Hospital de Bellvitge y el ICO, entre otros.