Crisis

El Govern de Aragonès suspende en sanidad y educación

Los médicos alertan de la situación «insostenible» del sistema, mientras la comunidad educativa exige revertir recortes. Ambos sectores preparan movilizaciones si no hay avances

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y el conseller de Salud, Manel Balcells, esta semana pasada en una visita oficial al Instituto de Bioingenieria
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y el conseller de Salud, Manel Balcells, esta semana pasada en una visita oficial al Instituto de BioingenieriaEnric FontcubertaAgencia EFE

El Govern en minoría de Pere Aragonès suspende en educación y sanidad, los dos sectores que acumulan el grueso del presupuesto de la Generalitat y sobre los que repercuten la mayoría de las políticas sociales del Ejecutivo. Ambos colectivos, tanto los médicos como la comunidad educativa, andan a la greña con la gestión de Esquerra y amenazan con movilizaciones si no se aprueban más inversiones antes de final de año.

Esta semana alzaron la voz los sanitarios para alertar de la situación «insostenibe» del sistema público. En concreto, el sindicato mayoritario Metges de Catalunya presentó en el registro del Parlament un total de 54.344 firmas para exigir medidas que «resuelvan los problemas estructurales de la sanidad». Su presidente no escatimó en reproches y alertó de que el malestar y la indignación de los facultativos es grande y «solo es necesario una chispa para que explote una revuelta». Si no hay un cambio en las políticas de Salud, «será muy difícil evitar una gran movilización del colectivo médico a corto plazo», advirtió el colectivo amagando con plantear una hipotética huelga.

Metges de Catalunya exige un decálogo de medidas transformadoras que pasan por «invertir más recursos, contratar más profesionales y mejorar las condiciones laborales de los sanitarios», con el objetivo de recuperar la accesibilidad, reducir las listas de espera y hacer atractivo el ejercicio profesional de la medicina en la sanidad pública. También son complejas las negociaciones abiertas para renovar los convenios colectivos del Institut Català de la Salut (ICS) y de los centros de la red concertada (Siscat). «Ni la administración ni las patronales sanitarias muestran ninguna intención de introducir mejoras sustanciales en las condiciones profesionales, laborales y retributivas», señalan los facultativos.

A las quejas estructurales del sector hay que añadir los problemas que acumula ERC en materia presupuestaria. Mientras mantiene abiertas las negociaciones para pactar las cuentas de 2023 –hacerlo antes de final de año se antoja ya una quimera– con Junts, Comunes y PSC, Aragonès es incapaz de convalidar en el Parlament un decreto con casi 400 millones extra para sanidad por la falta de apoyos de los grupos. Una piedra más en el zapato en esta recta final de año, con las urgencias pediátricas colapsadas y el invierno amenazante a la vuelta de la esquina.

En educación, los profesores tampoco dan tregua al Ejecutivo catalán después de varios meses repletos de sobresaltos por el avance del curso escolar unilateral impulsado por el consejero Josep González-Cambray. La supresión de una hora lectiva a partir de enero de 2023 –la gran medida prometida a los sindicatos– sigue dependiendo de la negociación presupuestaria y el colectivo exige un calendario concreto de nuevas inversiones para revertir los recortes de hace más de una década. La próxima reunión de la mesa sectorial con el Departamento de Educación de la Generalitat será el próximo 14de diciembre y las entidades ya amenazan con nuevas movilizaciones de cara a principios de año si no se pactan acuerdos concretos.

Dos situaciones que preocupan en el seno de Esquerra, empeñada en proyectarse como partido de gobierno desde la Generalitat. Sin embargo, en el último barómetro publicado hace dos semanas, los catalanes suspenden a Aragonès con un 3,5.