Parlament
Un Govern aislado choca con el PSC por los Presupuestos
Salvador Illa exige más “rigor” para negociar, mientras Junts se distancia y acusa de “sucursalista” a ERC
Mientras Pedro Sánchez ata los últimos Presupuestos de la legislatura, Pere Aragonès exhibe debilidad en Cataluña con un Govern en solitario y sin cuentas aprobadas a las puertas de 2023. Los 33 escaños de ERC son totalmente insuficientes en el Parlament y los republicanos andan buscando socios a la desesperada tras la ruptura en el seno del independentismo.
Lejos queda ya el veto impuesto por Oriol Junqueras al PSC cuando Junts abandonó el Govern. Ahora, el partido de Salvador Illa está integrado en la ronda de negociaciones que el Ejecutivo mantiene abiertas –también con los Comunes y Junts– y el propio president Aragonès ya ha verbalizado la posibilidad de llegar a acuerdos con los socialistas en el Parlament.
Sin embargo, el PSC, harto de los desplantes y del ritmo lento de ERC, exige más «rigor» y concreciones a los republicanos para poder avanzar y aprobar los Presupuestos catalanes que salven la legislatura.
Ayer, en la sesión de control en la Cámara, Salvador Illa recriminó a Aragonès que el Govern aún no haya facilitado la documentación requerida, con los detalles del proyecto presupuestario y la ley de acompañamiento.
«Esto no es para apuntalar a un Govern del que no esperamos demasiado», sino solo para «ayudar a que Cataluña avance», le avisó Illa, que instó a Aragonès a «trabajar con discreción, información, rigor y un mínimo clima de confianza».
«Usted sabrá con quién cuenta. Con nosotros, así, de esta manera, no», remachó Illa, quien endureció el tono frente a un Aragonès que tiene «el dudoso honor de presidir el gobierno más débil de los últimos 40 años en Cataluña».
De hecho, ERC volvió a exhibir un total aislamiento en la Cámara catalana y el president se enfrentó a todos los partidos por la falta de apoyos del Govern y la incapacidad para llegar a acuerdos. Al margen de las cuentas para 2023, el caballo de batalla es un decreto ley para aumentar en casi 400 millones de euros el presupuesto en Sanidad que el Ejecutivo no ha logrado convalidar en la Cámara por la falta de apoyos parlamentarios. Justo por ese motivo se revolvió el president e incluso retó al resto de partidos a modificar el orden del día para aprobar la medida de forma exprés.
Luego y ya por la tarde, el Ejecutivo catalán trató de acelerar sus contactos con los grupos parlamentarios de PSC, Junts y los Comunes, en busca de apoyos al proyecto presupuestario para 2023.
Después de verse con los comunes, el Govern –representado por la secretaria general de la Presidencia, Núria Cuenca, el director general de Coordinación Interdepartamental, Marc Ramentol, y el secretario general de Economía y Hacienda, Josep Maria Vilarrúbia– se reunió con el diputado del PSC Jordi Riba y técnicos de su grupo. En el caso de los socialistas, la Generalitat confirmó que les hará llegar el texto articulado del proyecto de ley de medidas fiscales y financieras que acompaña a los presupuestos.
Junts ya tiene la documentación, aunque la relación del gabinete de Aragonès con los posconvergentes pasa por un fuerte bache desde su ruptura. De hecho, el partido de Laura Borràs salió del encuentro acusando a ERC de mantener una «actitud sucursalista», al estar «más pendiente de sus acuerdos con el PSOE que de afrontar los retos» de Cataluña.
El president Pere Aragonès protagonizó ayer duros intercambios dialécticos con casi todos los grupos en el pleno de la Cámara por la fallida convalidación del decreto para inyectar casi 400 millones más en salud. Hoy, el Parlament votará si reprueba al conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, tras las polémicas por los cambios en la cúpula de los Mossos d’Esquadra y el cese del comisario jefe Josep Maria Estela, en una moción a propuesta del PSC. Falta por conocer qué harán el resto de partidos, especialmente en las filas de Junts, ante la petición del partido de Illa.
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