La huella de una paciente
Ariana Benedé y su CAR-T, una historia de cine
Durante la presentación del documental acerca de esta paciente que falleció de leucemia linfoblástica aguda con solo 18 años y que, junto a su familia, impulsó el Proyecto ARI, Clínic-IDIBAPS ha anunciado la puesta en marcha de un ensayo clínico de un novedoso CAR-T dual para linfoma
Cuando solo tenía 13 años, a Ariana Benedé le diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda que, tras un trasplante de médula y varias líneas de tratamiento de elevada toxicidad, acabaría con su vida en septiembre de 2016
Pero su forma de abordar la enfermedad, su lucha por tratar de proporcionar una opción terapéutica a pacientes sin alternativa médica, su capacidad de movilizar a médicos, instituciones públicas y privadas y a la sociedad civil para desarrollar investigación con resultados en la práctica clínica ha trascendido y ese es el mensaje principal del documental Ari. Una historia de amor y vida, que se estrena mañana en los cines Bosque de Barcelona .gracias a la financiación de la Fundación Glòria Soler. y que, a partir de entonces, estará disponible en la plataforma 3cat
Y es que en plena lucha contra la enfermedad y tras haberse sometido a varias líneas de tratamiento sin éxito, cuando se encontraba ya sin más opción terapéutica, la niña y su familia, conscientes de que en Estados Unidos existía una terapia CAR-T muy eficaz para combatir la leucemia linfoblástica aguda pero a la cual no podía tener acceso por no estar aprobado su uso clínico en España, decidieron poner en marcha el Proyecto ARI con el objetivo principal de apoyar con financiación el desarrollo de un CAR-T académico capaz de hacer frente a la enfermedad cuando los tratamientos convencionales ya se han demostrado ineficaces, en el que ya estaban trabajando los profesionales del Clínic-IDIBAPS cuando Ariana empezó a ser tratada en este centro.
Así, Ari y su familia consiguieron movilizar a la sociedad para recaudar fondos con el fin de poder sufragar la investigación dirigida a desarrollar un CAR-T académico, que no solo fuera eficaz y de escasa toxicidad, sino que además fuera accesible a todos los pacientes que lo necesitaran.
Esta terapia capacita el sistema inmunitario del paciente para que pueda reconocer, atacar y destruir las células tumorales de manera dirigida y consiste en la extracción de sangre mediante aféresis, una técnica que permite separar los componentes de la misma, para obtener los linfocitos T, un tipo de células de su sistema inmunitario, que son modificados en el laboratorio para reconocer el antígeno tumoral que expresan las leucemias y linfomas de estirpe B y, de esta manera, destruir específicamente las células cancerígenas.
Grandes resultados
“Los CAR-T son terapias extraordinariamente eficaces, específicas y con muy poca toxicidad, a diferencia de los tratamientos habituales, que tienen muchos efectos secundarios y son muy tóxicos”, explica el doctor Álvaro Urbano-Ispizúa, director del Instituto de Hematología y Oncología del Clinic y médico de Ariana.
Así, en 2021, la terapia desarrollada en el Clínic, el ARI-0001, recibió la aprobación por parte de la Agencia Española del Medicamento para su uso como medicamento para pacientes mayores de 25 años con leucemia linfoblástica aguda resistente a los tratamientos convencionales, fue incluida en la prestación farmacéutica y menos de un año después, se convirtió en el primer medicamento de terapia avanzada de fabricación no industrial en obtener la designación de PRIME por parte de la Agencia Europea del Medicamento.
En cuanto al ARI-0002h, indicado para el tratamiento del mieloma múltiple y dos tipos de cánceres hematológicos resistentes a las terapias convencionales, se espera que también reciba próximamente la aprobación de la agencia reguladora
Además, el año pasado se puso en marcha un ensayo clínico para evaluar la eficacia y toxicidad del ARI-0001 en pacientes pediátricos, entre los que hasta el momento no se ha aprobado su indicación por existir ya una terapia CAR-T comercial para las mismas indicaciones, por lo que la Agencia Española del Medicamento consideró que esa área ya estaba cubierta.
Ari no pudo beneficiarse del resultado del proyecto que ella impulsó, sin embargo, a día de hoy, ya lo han hecho a un total de 360 pacientes entre los adultos y menores de 25 años, en este último caso solo en el contexto de ensayos clínicos o uso compasivo, que han sido tratados con el ARI-0001 y aquellos que han recibido el ARI-002, “la mayoría en situación de poca esperanza, y muchos de ellos están sin enfermedad”, señala Urbano-Ispizúa, quien pone de relieve que “es un hecho que el CAR-T ARI-0001 ha salvado vidas”.
Bondades de una terapia académica
Al respeto, cabe indicar que el origen académico de este tratamiento es, en este caso, un valor añadido. Por un lado, lo hace más accesible y, por el otro, explicaría su rápido desarrollo y comercialización. “Nosotros veíamos la necesidad urgente de poder disponer de esta terapia porque teníamos pacientes para los que era su única opción y no podían esperar, sin embargo, para las compañías farmacéuticas no era tan perentorio que los pacientes necesitasen el tratamiento, puesto que no tienen esa sensación que tenemos los médicos de tener que dar respuestas a nuestros pacientes”, argumenta Urbano-Ispizúa, quien también hace referencia al menor coste económico del fármaco académico.
“Su coste es una cuarta parte que el del CAR-T comercial, lo cual lo hace más accesible”, explica, para a continuación recordar que "hay países que no pueden permitirse tratamientos por su elevado coste y otros que, pese a disponer de recursos, no aprueban su uso clínico amparándose en la relación precio/beneficio”.
En cualquier caso, a día de hoy, en España, ARI-0001 ya está en la práctica clínica y ha cosechado muy buenos resultados: entre los pacientes con leucemia linfoblástica aguda, este tratamiento ha logrado la remisión completa de la enfermedad en un 90% de los casos. En el caso del ARI-0002h, que se ha administrado a pacientes en el contexto de ensayos clínicos y uso compasivo, en linfomas alcanza un 50% de remisión de la enfermedad y en mielomas múltiples, el 60%.
Así pues, a tenor de estas buenas cifras y puesto que se trata de un terapia con muy baja toxicidad, ya se han iniciado ensayos clínicos para valorar la administración del CART-T ARI-0001 a pacientes en fases más precoces de la enfermedad, ya no solo cuando éstos se encuentran sin más alternativa terapéutica.
Sin embargo, aún queda camino por recorrer en este ámbito. En este sentido, Urbano-Ispizúa recuerda que “si bien una de las fortalezas del CAR-T es que es muy específico y, por lo tanto, tiene capacidad para atacar y eliminar a todas las células tumorales que expresen la diana terapéutica, si tras el tratamiento permanece en el organismo una sola célula cancerígena sin diana, a la que el tratamiento no ha reconocido ni atacado, el cáncer va a volver a salir”.
Y precisamente, para evitar estas recaídas, “estamos trabajando en un CAR-T que ataca dos dianas que se expresan con frecuencia en la leucemia linfomas y mielomas múltiples”, revela el doctor, quien al respecto señala que son “el único grupo en el mundo en desarrollar una investigación de estas características”. De hecho, el próximo martes, investigadores del Clínic-IDIBAPS iniciarán un ensayo clínico con 35 pacientes para el tratamiento del linfoma con este CAR-T dual, bautizado como ARI-0003 , "el cual es la suma de los dos CAR-T, el ARI-0001 y el ARI-0002, que el hospital ya tiene".
Una historia de cine
Pero la historia de Ariana Benedé es más que el relato de un éxito a nivel médico gracias al cual se han salvado vidas, “es la historia de una paciente como tantos otros que atraviesan una situación similar, es un ejemplo de como una niña enferma y su familia consiguieron motivar a un equipo de profesionales médicos y movilizar a la sociedad y las autoridades para investigar” y es un estandarte de la investigación académica. Y eso bien merece un documental.
“Ari. Una historia de amor y vida hace que no perdamos cuál es el objetivo de la medicina ya que pone al paciente como motivo principal”, asegura Urbano- Ispizúa, quien al respecto comenta que “el mundo comercial desarrolla investigación de gran calado y muy importante, pero a la postre su objetivo último es la rentabilidad, en cambio en un hospital, en la investigación académica, el único fin es salvar al paciente”.
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