
Investigación cultural
La carta de Lorca a Dalí que en realidad escribió Maruja Mallo
LA RAZÓN consigue que se cambie la atribución de un manuscrito que fue propiedad del pintor ampurdanés

El pasado 13 de abril, este diario publicaba un extenso reportaje sobre los originales de Federico García Lorca que guardó Salvador Dalí y que se conservan en la fundación que el pintor tiene en Figueres. Pero la información no era completa porque el autor de estas líneas decidió no hablar sobre una carta manuscrita que forma parte del legado Dalí y que se atribuía a Lorca. ¿El motivo? Era evidente que la letra no era la del poeta granadino. Se trata de un error que se arrastra desde hace años, concretamente desde 1998, cuando con motivo del centenario del nacimiento de Lorca se le dedicó una extensa exposición en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, bajo el comisariado de Estrella de Diego, Fernando Huici y Juan Pérez de Ayala. Allí se expuso públicamente la única página existente de esta carta y se afirmó que era del autor de «Yerma».

Veamos el contenido de la misiva:
«7 de la tarde. Amigo Dalí: No hay derecho! que me escribas tan poquito, yo me acuerdo siempre de ti... Aquí hay muy pocas personas pero muy simpáticas. Son los que se han hecho ricos en América que vuelven a su tierra, hacen una casa y tienen un auto, gramófono y juegan al AAL-HHHX. Parece mentira y sin embargo se encuentran aquí; ahora de verdad estoy aprendiendo a bailar el charlestón, ya no lo hago tan mal como antes. Me está enseñando un chico argentino. Todas».
Ian Gibson, biógrafo de Lorca y Dalí, consultado por este medio no dudó al afirmar que ni la letra ni el tono son los del granadino. Para este especialista debe ser una misiva de los años veinte, de la etapa del pintor en Madrid.
Otra fuente consultada por este diario ha sido Guillermo de Osma, uno de los referentes en los estudios sobre la vanguardia española de los años 20. En la actualidad prepara un volumen con la correspondencia de la pintora Maruja Mallo. Cuando contempló el manuscrito no lo dudó: «Esto no es de Lorca. Es la letra de Maruja. Es increíble que exista esta carta». El galerista incluso apunta que la manera de dirigirse a Dalí es muy propia de la artista. La misiva ahora formará parte del libro que se publicará en septiembre.
Unos jóvenes Maruja y Salvador se conocieron en 1922 en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Ella tenía 22 años y él 18. Pese a que tenían aparentemente caracteres distintos, se hicieron amigos. Dalí decía en aquel tiempo que aquella muchacha «tenía mucho de marisco y ángel».

Dalí incluyó a Maruja Mallo en algunas de sus composiciones de ese tiempo en las que retrataba sus salidas nocturnas, en ocasiones acompañados de Luis Buñuel y Rafael Pérez Barradas, o en tertulia en el Café de Oriente, como puede apreciarse en dos piezas conservadas en la Fundació Gala-Salvador Dalí. Probablemente Maruja Mallo escribió a su amigo Dalí en 1924, cuando viajó a Canarias donde había sido destinado su padre.
«Esta carta nos muestra la relación entre Dalí y Mallo, una mujer a reivindicar y que ha quedado en ocasiones eclipsada, como otras muchas autoras de su tiempo», afirma Montse Aguer, directora de los Museos Dalí a este diario y que confirma que hacía tiempo que la institución del artista de Figueres trabajaba en el cambio de autoría de la carta, algo que este reportaje ha acelerado.
Sorprendentemente existe otra carta, hoy en paradero desconocido, pero publicada por Rafael Santos Torroella en su edición del epistolario lorquiano. Era 1950 y en «Cartas a sus amigos» se reprodujo un dibujo/carta que se atribuía a Lorca, pese a que en él, enmarcada en un sol, se puede ver la firma de Maruja.

Puede que la Fundació Gala-Salvador Dalí haya perdido un manuscrito original de Lorca, pero ha ganado otro de Maruja Mallo.
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