Caso Borràs

Choque Esquerra-JxCat: la carambola que puede dar la presidencia del Parlament al PSC

Los socialistas catalanes aguardan a los movimientos del independentismo, aunque advierten: "Nuestro objetivo es la Generalitat"

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante en una sesión plenaria, en el Parlament de Cataluña.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante en una sesión plenaria, en el Parlament de Cataluña.David ZorrakinoEuropa Press

El Parlament vuelve a estar en el centro de la polémica tras la condena de Laura Borràs por corrupción. Tras el fallo judicial, ahora se abre la incógnita sobre cuál va a ser el desenlace político porque Borràs se resiste a abandonar la presidencia del parlamento catalán pese a haber quedado inhabilitada. En Esquerra, por ahora, evitan forzar la máquina y esperan movimientos de JxCat, aunque la cúpula del partido posconvergente cierra filas a medias con Borràs.

Además de ERC y JxCat, que son protagonistas del nuevo escenario político abierto, el PSC también es un actor clave porque es el partido que venció en las pasadas elecciones catalanas y todas las encuestas lo sitúan como el primer partido de la autonomía de cara al próximo ciclo electoral. Su influencia es máxima por el apoyo social y por la capacidad de condicionar el tablero político, porque ERC solo puede sobrevivir en el Govern gracias a ellos.

En estos momentos, la salida al embrollo de Borràs está en manos de los independentistas. Si hay acuerdo entre ERC y JxCat, el relevo de Borràs será un diputado del partido posconvergente; si no hay pacto, se le abren las puertas de par en par al PSC. ¿Por qué? Por el sistema de elección para la presidencia del Parlament: tal y como fija el artículo 44 del Reglemento, cada uno de los 135 diputados escribe un nombre en una papeleta y sale elegido quien más apoyos ha recibido. En este sentido, si JxCat y ERC no se pusieran de acuerdo y votaran por su cuenta (sea en blanco o a algún diputado de su grupo), el PSC se podría imponer al ser el grupo parlamentario más votado de la Cámara (los socialistas, además, tienen capacidad de concitar el apoyo de los Comunes). La falta de entendimiento independentista, como todo apunta, puede acabar empujando a la presidencia «accidental» del PSC en el Parlament.

En el PSC, en todo caso, optan por la prudencia ahora para ver cómo mueven ficha los independentistas y prevén dos escenarios inmediatos: que la Junta Electoral Central (JEC) retire el acta de diputada a Borràs, un escenario que es el que más probabilidades tiene; y, que Borràs no acate la decisión de la JEC y eso desate nuevamente la bronca política. En cualquiera de los dos escenarios que se dé, en el PSC aseguran que ellos se van a mantener en la prudencia y la responsabilidad porque la «iniciativa política corresponde a los independentistas» y son quienes tienen que buscar una salida a la situación actual.

Uno de los escenarios «postBorràs» que se contemplan es que el PSC pueda tomar la presidencia del Parlament, aunque tampoco quita el sueño a los socialistas. «No estamos tampoco ansiosos. Las posibilidades las vemos por cómo están las cosas, pero no es nuestro objetivo. Nuestra batalla es por la presidencia de la Generalitat», señalan desde las filas socialistas, que también advierten que si la obtuvieran la presidencia del Parlament sería «para hacer que se cumpla la legalidad y se vuelva a la normalidad» en Cataluña. No obstante, también en el PSC creen que es «más importante» condicionar la presidencia de la Generalitat desde fuera a lo largo de esta legislatura. En este sentido, ya lo han conseguido gracias a los presupuestos de 2023, arrancando varios compromisos del Govern.

El PSC no muestra entusiasmo por la presidencia del Parlament, pero Esquerra también le muestra los dientes a los socialistas y se mantiene en que no pactará con el partido de Salvador Illa. Tampoco haría falta un acuerdo con los socialistas para que el PSC obtenga la presidencia del Parlament: un desacuerdo entre JxCat y ERC también bastaría. En las filas republicanas hay quien ve el paso al lado de Borràs como una «oportunidad» para rehacer puentes con JxCat tras la abrupta ruptura del Govern. En todo caso, los republicanos tampoco fuerzan la máquina, aunque, igual que en la CUP, consideran que Borràs ha sido «condenada por corrupción» y no van a salir al auxilio de la actual presidenta de JxCat. JxCat contemporiza para evitar una crisis interna, aunque ya hay voces que apuestan por que Borràs dé un paso al lado y tome el relevo de la presidencia del Parlament otro diputado. «En esta situación, si fuera yo, dimitiría», valoró el viernes en «La2» la presidenta de la comisión de garantías de JxCat, Magda Oranich.