Icono de corrupción
Fallece Fèlix Millet, responsable del saqueo del Palau de la Música
El polémico empresario, condenado a nueve años de cárcel, contaba con 87 años
Fèlix Millet, una de las figuras más controvertidas y polémicas de la vida política y cultural catalana, ha fallecido hoy a los 87 años.
Los últimos años de su vida, Millet los ha pasado en la prisión de Can Brians y el hospital penitenciario de Terrassa, por su muy delicado estado de salud.
Millet, perteneciente a una legendaria saga familiar barcelonesa, estará siempre ligado a uno de los mayores escándalos de corrupción vividos en las últimas décadas en Cataluña y que tuvo como escenario el Palau de la Música, la institución que el fallecido gestor dirigió. El empresario fue condenado a 9 años y 8 meses de prisión, así como a pagar una multa de 4,1 millones de euros por el llamado caso Palau de la Música. Quien fuera su mano derecha, Jordi Montull, tuvo una condena fue de 7 años y 6 meses de cárcel y multa de 2,9 millones.
Millet era descendiente del músico y confundador del Orfeó Lluís Millet (1867-1941) e hijo del empresario Fèlix Millet i Maristany (1903-1967). En 1978 fue elegido presidente del Orfeó Català, desde donde emprendió la restauración del Palau, entonces en un estado de deterioro considerable, uno de los edificios modernistas más importantes de Puig i Cadafalch. En 1983 impulsó con este objetivo el Consorci del Palau de la Música, formado por la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación de Barcelona, al que se sumó en 2001 el Ministerio de Cultura, y en 1990 se creó la Fundació Orfeó Català y se impulsó una ampliación del Palau de 1999 a 2004. De esta manera, Millet puso en marchas muchas, demasiadas campañas que tenían como objetivo restaurar y preservar el patrimonio de la histórica casa, como el órgano o los asientos. Todo esto, en realidad, tenía un objetivo distinto.
El nombre de Fèlix Millet estuvo vinculado a treintena instituciones y entidades de todo tipo, no solamente culturales. De esta manera fue presidente de Agrupació Mútua y de su fundación, de la inmobiliaria AMCI Habitat, de Bankpime, vicepresidente de la Societat del Gran Teatre del Liceu, miembro del patronato de la Fundació Conservatori del Palau, vicepresidente de la Fundació F.C. Barcelona o patrón de la Asociación Española de Fundaciones.
El estallido del escándalo del Palau, a finales de julio de 2009, lo cambió todo para Millet y para la institución con la que se había lucrado. Su hermana Pat dejó escritas unas memorias póstumas que daban fe del impacto que había ejercido todo aquel lío en el clan Millet. Pat subrayaba que nadie en la familia Millet sabía nada de lo que durante años había realizado su hermano Fèlix. Aquel saqueo acabó convirtiendo a hermanos, hijos, sobrinos y nietos en el referente de una “nueva saga de delincuentes”. Fèlix Millet pasó de ser el ángel de la guardia de Pat Millet en un “ángel exterminador”. El marido de la autora, que trabajaba en el Palau, fue despedido por los gestores que sustituyeron al equipo de Fèlix Millet. La familia dejó de tener ingresos económicos y empezó a vivir en una situación económica delicada, tal y como se narra con detalle en las páginas del libro, sobreviviendo gracias a la venta de las joyas que tenía en casa... Hasta que un día se acabaron y tuvo que recurrir a Cáritas.
Millet realizó una confesión en la que admitía haberse quedado con 3,3 millones de euros, con los que realizó reformas en algunas de sus propiedades o se marchaba de lujosas vacaciones con la familia por Maldivas o Dubai. Las investigaciones posteriores demostraron que las cifras del espolio fueron muy superiores: Hacienda hablaba de 23 millones de euros mientras que la empresa Deloite lo elevaba a 33 millones de euros.
Millet celebró en el Palau de la Música las bodas de sus hijas que no pagó él sino sus consuegros. Igualmente su sombra aparece en el pago de comisiones a CDC o en la ayuda económica al PI, el partido creado por Àngel Colom y Pilar Rahola.
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