Cultura

La Modelo de Barcelona: una prisión para varios artistas

La Guerra Civil y la posterior posguerra hizo que algunos destacados creadores acabaran encerrados en esta cárcel

Exterior de la cárcel Modelo, en Barcelona
Exterior de la cárcel Modelo, en BarcelonaArchivo

Uno de los temas que quedan por aclarar respecto al nuevo equipo en el Ayuntamiento de Barcelona es el uso que se quiere destinar a espacios de la ciudad en prácticamente desuso. Es el caso de la vieja cárcel Modelo, con una parte que puede ser visitable y otra sin concretar respecto a su futuro. Pero en estas líneas no vamos a hablar de lo que podría ser sino de lo que fue, especialmente desde un punto de vista artístico porque por sus celdas pasaron muy diferentes creadores.

Viajemos atrás en el tiempo. Las obras de construcción de la cárcel se iniciaron en 1888 y no quedaron concluidas hasta 1904, con una capacidad para albergar a unos 820 internos. Situada en lo que entonces eran las afueras de Barcelona, la Modelo no tardó en vincularse con parte de la historia de la ciudad, como sucedió en 1909 con motivo del juicio al pedagogo Francesc Ferrer i Guardia, al que se señaló de manera equivocada como el inductor de los trágicos sucesos vividos en las calles barcelonesas durante la llamada Semana Trágica. Ferrer i Guardia acabó siendo condenado a morir ejecutado, como así pasó poco después aunque en otro lugar de la ciudad, concretamente en el castillo de Montjuïc el 13 de octubre de 1909.

Con el estallido de la Guerra Civil y el fracaso del golpe en Barcelona, las celdas de la Modelo se llenaron de convictos de derechas, algunos de ellos vinculados con el mundo de la literatura o el periodismo, como son los casos del escritor Luys Santa Marina, muy vinculado con Falange y responsable de la sublevación militar en Barcelona, concretamente desde el cuartel de Pedralbes. También estuvo aquí entre rejas el fotógrafo aragonéss Miguel Marín Chivite, redactor gráfico de «El Heraldo de Aragón» y que presumía de ser amigo del mismísimo Franco desde los tiempos en los que el futuro dictador estuvo al frente como director de la Academia Militar de Zaragoza. Marín Chivite estuvo aa punto de morir fusilado, pero acabó en una de las celdas de la Modelo.

Con la entrada de las tropas franquistas en Barcelona y el final de la contienda, se inició una dura posguerra acentuada con una contundente represión que tuvo en la Modelo uno de sus principales escenarios. Fueron varios los republicanos que acabaron encerrados y cumpliendo su condena en este espacio por motivos políticos. En el terreno del arte, probablemente sea el nombre de Helios Gómez el más conocido de cuantos estuvo allí. Sevillano, gitano y barcelonés, también llamado «el artista de la corbata roja», la Guerra Civil lo había convertido en comisario del Ejército repúblicano. Militante desde 1931 del Partido Comunista, con la Guerra Civil luchó en las calles de Barcelona participando en las barricaadas que se enfrentaban a los que se habían sublevado contra la República. A medidos de la década d los cuarenta, Helios Gómez fue arrestado en la capital catalana para acabar en la Modelo. Allí pintó una obra importante que todavía se conserva en esta cárcel. Se trata del imponente oratorio llamado la Capilla Gitana, pintado por consejo del sacerdote Bienvenido Lahoz. Helios Gómez murió muy poco después, en la ciudad que había hecho testigo de sus éxitos y sus fracasos, es decir, de Barcelona, en 1956.

Una mención aparte en este paseo por la Modelo la merece uno de los grandes nombres del cómic español de todos los tiempos como es Josep Escobar, conocido por ser el padre de personajes de tinta china como los hermanos Zipi y Zape o el hambriento Carpanta. Con el final del conflicto bélico, Escoba fue arrestado y llevado a la prisión barcelonesa. En los años previos, entre bombas y bombardeos, el dibujante hizo evidente su compromiso republicano en viñetas y portadas en revistas como «L’Esquella de la Torratxa» y «La Campana de Gràcia», por lo que su suerte estaba echada en 1939 con la derrota de la República. Expulsado de Correos, donde trabajaba, quien sería uno de los nombres míticos de la editorial Bruguera, pasó 18 meses en la Modelo. No deja de ser interesante que durante su periplo carcelario, Escobar lograra algunas monedas haciendo caricaturas de algunos de los funcionarios de la prisión, así como de sus compañeros de infortunio. Algunas de las calamidades que vio esos días se reflejan, aunque con humor, en series tan míticas como la protagonizada por Carpanta.