
Arte
La obra más desconocida de Gaudí en Barcelona y que no visitan los turistas
Este trabajo fue un encargo de Eusebi Güell y dialoga directamente con la naturaleza

Barcelona es la ciudad que más obra urbana posee de Antoni Gaudí, algo que lo ha convertido en la víctima propicia del turismo masivo. Todo el mundo quiere ver la obra de Gaudí, quiere convertir su trabajo en carne de selfie. Sin embargo, no deja de ser curioso que una de sus obras más íntimas no reciba prácticamente visita alguna, quedando oculta como si se tratara de un tesoro oculto.
Buena parte de la producción del arquitecto se encuentra en el centro de la capital catalana, en el Eixample, con alguna excepción como el Palau Güell a pocos metros de la Rambla, o los pabellones de la Finca Güell con el colosal dragón de hierro en su puerta. Sin embargo, en los jardines de otro palacio, el Real de Pedralbes, donde está instalada una fuente dedicada a Hércules y que fue diseñada por un joven Gaudí
¿Cómo llegó el artista a este lugar? Para contestar a esta pregunta debemos saber quién fue el primer propietario de esta finca, propiedad a finales del siglo XIX de Eusebi Güell, el empresario que fue el gran mecenas de Gaudí. Lo que era una masía llamada Can Custó pasó a ser un imponente palacete enriquecido con unos jardines que seguían el espíritu de los franceses, aunque con elementos interesantes propiciados por el genio de Gaudí. Uno de ellos es la fuente de Hércules, realizada en 1884, en la que se integran algunos elementos característicos del imaginario del artista, como es el uso del hierro forjado. La obra estuvo escondida durante años en una suerte de pequeño bosque de bambúes hasta que en 1983 fue redescubierta. Fue en ese momento cuando se decidió su restauración tras mucho tiempo abandonada. De esta manera se reincorporó un busto dedicado a Hércules, desaparecido por el paso del tiempo. El original, realizado por Rossend Nobas, apareció en 2021 en un almacén municipal. La fuente tiene un banco de piedra de forma elíptica. Entre los elementos decorativos destaca un escudo de Cataluña, además del interesante juego que Gaudí plantea entre su composición y la naturaleza.
También llamada Fuente de Gaudí sigue pasando desapercibida para quienes se adentran en los jardines del Palau de Pedralbes. Afortunadamente hoy está protegida y está declarada como Bien Cultural de Interés Local.
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