Imposición del catalán
Puigdemont vuelve a atacar al castellano y pide erradicar lo que él llama “actitudes supremacistas”
Puigdemont defiende el catalán y arremete contra los hispanohablantes tras un incidente en un bar de Barcelona: “El castellano es la lengua del régimen y de la represión”
Nuevo capítulo en la cruzada lingüística del independentismo. Puigdemont defiende el catalán con una vehemencia que, una vez más, roza la obsesión. Esta vez, el líder de Junts ha cargado duramente contra el castellano y el Ayuntamiento de Barcelona, al que acusa de ser “permisivo” con supuestas agresiones al catalán. Todo ello tras una polémica surgida en un bar de la ciudad, donde una camarera habría dicho: “No me gusta lo catalán”.
En su intervención en redes, el expresidente fugado ha exigido al Ayuntamiento de Collboni erradicar lo que considera “actitudes xenófobas” contra el catalán. Según él, se está tolerando un clima de odio a la lengua catalana. Sin embargo, sus palabras han encendido las redes: “Han hecho del español la lengua de la represión”, dijo literalmente, acusando al castellano de ser “la lengua del régimen, del poder, de la monarquía y de los jueces”.
"Han fet de l'espanyol la llengua del règim, dels poderosos, de la repressió, de la monarquia, dels cossos policials, dels jutges... però resulta que la llengua poc empàtica és el català, i que si no es parla prou és perquè no ens fem els simpàtics"
Aquí, su Tweet al completo:
Nuevo discurso de Puigdemont contra el castellano
Con este nuevo discurso, Puigdemont critica la política lingüística de Cataluña por no ser lo suficientemente dura. Ha llamado “conseller del Malestar Lingüístico” al responsable de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, por no actuar más allá de emitir comunicados tibios. Además, ha acusado a Collboni de incoherente por “defender a las minorías en el extranjero y permitir el odio contra los catalanoparlantes en su ciudad”.
Pero lo que ha encendido todas las alarmas ha sido su afirmación directa: “Cuando el poder quiere imponer una lengua, no hay acto más revolucionario que negarse a hablarla”. Una frase que muchos han interpretado como una llamada a la desobediencia lingüística en Cataluña.
En sus palabras, se esconde una narrativa clara de imposición del catalán. Todo aquel que no se pliegue a hablar la lengua catalana es, automáticamente, un opresor o un xenófobo. Y eso, en una comunidad donde más del 50 % de la población tiene el castellano como lengua habitual, es cuanto menos preocupante.
Desde varios sectores sociales y políticos han advertido del doble rasero del líder independentista, que parece olvidar que la verdadera imposición de la lengua catalana se da cada día en las escuelas, en las administraciones y en el acceso a servicios públicos. "Lo que Puigdemont no tolera", según critican en las redes su viral tweet "en realidad, es que alguien se atreva a hablar en español". No obstante, ni sus propios simpatizantes ideológicos han alabado sus comentarios: