
Cómic
El regreso de los olvidados hermanos en tinta de Tintín
Editorial Base recupera una de las mejores series de Hergé

Suele pasar en el mundo del cómic que la fama de un personaje oculta la maestría de otras creaciones del mismo autor. La lista es amplia: Mortadelo y Filemón le ganaron la batalla a Rompetechos pese a contar con Ibáñez en sus páginas mientras que Astérix se comió el terreno de viñetas de Umpa-pá, aunque compartan padres como fueron Uderzo y Goscinny. Si hablamos de este mundo de los tebeos, no podemos dejar de lado a ese indiscutible referente francobelga que es Georges Remi, más conocido como Hergé, a quien debemos las aventuras de ese reportero que nos gustaría ser a todos los plumillas y que responde al nombre de Tintín. Las aventuras de ese chico y su perro Milú son universales, pero ensombrecieron el resto de creaciones de Hergé.
Editorial Base ha iniciado la recuperación en catalán de otra de las imprescindibles series del dibujante que nos ocupa, otra buena muestra de su talento para combinar la erudición con la fantasía, para divertir y entretener a lectores de 7 a 77 años. Se trata de “El testament de Mr. Pump”, primera entrega de la serie protagonizada por los olvidados hermanos en tinta china de Tintín: Jou y Zette, acompañados de su fiel mono Jocko.
En 1935, Tintín ya era un personaje celebrado por los lectores de “Le Petite Vingtième”, el suplemento infantil del diario belga “Le Vingtième Siècle” y donde un joven Georges Remi había comenzado a publicar sus primeros dibujos gracias al apoyo y confianza del sacerdote Norbert Wallez, director del periódico. Otro religioso, el padre Courtois, director del semanario galo Coeurs Vaillants pidió a Hergé nuevos personajes, alejado del Tintín independiente y sin familia. Inspirado por un mono de juguete llamado Jocko, alumbró a la familia Legrand: Jo, el hijo; Zette, la hermana; su padre Jacques, ingeniero de profesión, y la madre, ama de casa. El mono Jocko completaba el cuadro idílico. Su ópera prima, “El rayo secreto”, irrumpió en las páginas de Coeurs Vaillants un 19 de enero de 1936, traspasando después al “Le Petit Vingtième”. Entre 1936 y 1957, verían la luz tres aventuras completas, compiladas en cinco álbumes.
Sin embargo, lo que en un principio fue un encargo se transformó pronto en una losa creativa para Hergé. Mientras Tintín era la libertad creativa total con la aparición de secundarios de lujo como el capitán Haddock o el profesor Tornasol, Jou y Zette vivían anclados. Sus padres, lejos de ser un equipaje anecdótico, se erigían en salvadores perpetuos que suprimían cualquier posibilidad de riesgo.
La conclusión era inevitable. En 1958, con el universo de Tintín alcanzando cotas de complejidad insospechadas, Hergé clausuró las andanzas de Jou, Zette y Jocko. Aquel experimento, nacido de un mandato editorial, demostró una verdad esencial: que la genialidad tiene sus límites cuando hay mandaros de por medio.
Ahora, gracias a Base, nuevos lectores pueden conocer a los hermanos de Tintín, perdidos en nuestras librerías desde hace años.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


