Exploración espacial

Así son los robots que enviará la NASA a las lunas heladas de Júpiter

En una reunión entre más de 40 expertos se ha determinado las características que deberían tener estos dispositivos para llevar a cabo análisis del agua líquida en estos mundos.

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Representación artística de los robots que la NASA planea enviar a las lunas heladas de Júpiter y Saturno.NASA/CaltechNASA/Caltech

La NASA ya ha comenzado a analizar cómo deberían ser los robots capaces de explorar los mundos helados de las lunas de Júpiter y de Saturno en las futuras misiones espaciales. ¿El objetivo principal? Romper las gruesas capas de hielo para explorar mares subterráneos en busca de vida.

Para ello, la agencia espacial convocó a 40 científicos e ingenieros que analizaron posibles conceptos de misión "criobot", robot para ambientes helados. La idea es atravesar el exterior helado de las lunas del sistema solar, como Europa,la luna de Júpiter, o Encelado, la luna de Saturno, y dejar caer una sonda en su interior que pueda explorar el océano líquido.

El concepto de criobot explorado es una alternativa a simplemente realizar una perforación e implica el uso de un dispositivo cilíndrico enviado desde una unidad madre en la superficie. Estas sondas, y la llamada técnica de "perforación térmica", se emplean actualmente para investigar glaciares y casquetes polares en la Tierra, pero las capas heladas de mundos como Europa y Encelado son más frías y gruesas. También presentan comportamientos que son mucho menos predecibles.

Según la NASA, las conclusiones de los expertos permitieron identificar cuatro aspectos clave que debería reunir un robot explorador de mundos acuáticos extraterrestres: potencia, capacidad térmica, movilidad y comunicación.

El criobot futurista no solo necesitaría protección de su entorno; también sería necesario protegerlo del calor que él mismo genera. Esto requeriría un sistema de gestión térmica que pueda mantener una temperatura interna segura para el robot mediante la distribución de calor al medio ambiente.

Una forma de hacerlo es mediante el uso de dos circuitos de fluido bombeados de forma independiente. Uno haría circular un fluido interno a través de canales incrustados en la superficie del robot, y el otro haría circular agua helada entre el criobot y el entorno circundante.

Otro de los problemas es cómo navegar por un entorno tan complejo. Las capas de hielo pueden contener impurezas como roca y sal, para las cuales serían necesarios sistemas adicionales. Esto podría hacerse mediante corte mecánico, eliminando esas impurezas con chorros de agua a alta presión o incluso utilizando una combinación de ambos.

Esto implicaría integrar un sensor de navegación y también un sistema de dirección, los cuales se han desarrollado en el pasado, pero aún no se han integrado completamente en ningún tipo de sistema de trabajo aquí en la Tierra.

Por último, también se pensó en el sistema de comunicación que permitiría enviar la información desde el robot a la nave madre. En la Tierra, los criobots hacen esto usando cables de fibra óptica, pero desplegarlos a través del hielo en un mundo alienígena requeriría estar seguro de que este hielo no rompa el cable. Esto es algo que sería especialmente desafiante en la capa de hielo activa de Encelado, que puede cambiar y moverse a medida que columnas de material oceánico estallan a través de fisuras, rociándose hacia la atmósfera de la luna.

Pese a todo ello, el verdadero desafío es anticiparse a las situaciones desconocidas que se presentarán en este tipo de lunas. Los científicos pueden prever decenas de opciones, pero habrá otras que serán ignoradas o inimaginables. La clave es reducir estas últimas al mínimo posible.