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Carrera espacial

China está a punto de asestar un duro golpe a Estados Unidos: vencerle en la carrera espacial

China avanza en su programa lunar tripulado, mientras la NASA afronta importantes problemas y retrasos con su misión Artemis, lo que pone en tela de juicio quién será la primera en pisar la Luna

China adelanta a Estados Unidos en la competición por dominar el espacio La Razón

Cuando en 2019 el expresidente Donald Trump fijó el ambicioso objetivo de retornar a la Luna con astronautas para 2024, pocos anticiparon el giro que tomaría la carrera espacial. Hoy, el programa Artemis de la NASA, con su misión tripulada Artemis 3 no prevista antes de mediados de 2027, contrasta con el avance firme de China, que busca aterrizar a sus propios astronautas antes de 2030, redefiniendo el tablero de juego.

Asimismo, China ha logrado un paso de calado con el reciente ensayo exitoso de su módulo lunar "Lanyue" en una instalación ubicada en Pekín. La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC) confirmó que esta fue la primera prueba de capacidades de aterrizaje y despegue extraterrestre para una nave espacial tripulada del país.

Por consiguiente, esta "nueva carrera espacial" ha invertido las tornas. Mientras Estados Unidos lidia con problemas internos que ralentizan su ambición, China avanza con una determinación palpable, trazando un panorama inesperado para la exploración lunar y la influencia geopolítica.

Los desafíos de la NASA frente al avance espacial chino

En este contexto, la NASA afronta obstáculos de envergadura. La falta de un administrador a largo plazo a mitad del segundo mandato de Donald Trump, sumada a amenazas de recortes notables en su presupuesto científico, simboliza una falta de dirección estratégica. Además, las fechas de lanzamiento del programa Artemis se demoran por plazos incumplidos de contratistas y problemas técnicos, tal y como recoge el medio Futurism. A ello se suma la fiabilidad de la nave Starship de SpaceX, componente clave para el transporte lunar de Artemis 3, que presenta importantes inconvenientes.

Por otro lado, la progresión china en la exploración lunar es notable. Tras el éxito del módulo "Lanyue", Pekín mantiene firme su meta de que sus primeros astronautas pisen la Luna antes de 2030. Esta fecha se acerca peligrosamente a la proyectada para la tripulación estadounidense, incluso pudiendo adelantarse en el tiempo. Su ambición, además, no se limita a una simple visita.

Asimismo, la visión estratégica de China va más allá, buscando establecer instalaciones y una presencia a largo plazo en la Luna. Este enfoque a largo plazo contrasta con la disparidad entre la capacidad estadounidense para cumplir plazos y la progresión estratégica y constante del programa espacial chino. La pregunta es crucial: ¿está Estados Unidos perdiendo terreno de calado en una esfera de influencia vital para el futuro global?