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¿Cuántas vidas nos está costando el cambio climático? Ahora lo sabemos
La University College de Londres en colaboración con la OMS ha publicado unas cifras preocupantes

Dicen que el cambio climático ya está aquí, pero todavía se siente como un enemigo invisible y, su amenaza, más futura que presente. Seguimos pensando en los osos polares y el Amazonas, pero, lo cierto es que, mientras hablamos, nos está costando dinero y, sobre todo, se está cobrando vidas. Los peligros del cambio climático para la salud no solo son reales, sino cuantificables. Llevamos décadas anunciando que, con la subida de las temperaturas, aumentarían los golpes de calor, los incendios y la contaminación del aire e, incluso, se extenderían algunas enfermedades infecciosas que antes estaban limitadas a los trópicos.
Hoy, La University College de Londres en colaboración con la OMS acaba de presentar el 9º informe anual del Lancet Countdown y nos pone frente a unas cifras espeluznantes. Ante ellas, el peligro ya no se siente como una quimera, es real y se está provocando muertes. Según cómo las contemos, entre cientos de miles y millones al año. En palabras de la Directora Ejecutiva del Lancet Countdown, la Dra. Marina Romanello: “Esta evaluación anual de la salud pinta un panorama sombrío e innegable de los daños devastadores que afectan a todo el mundo, con amenazas récord a la salud por calor, fenómenos meteorológicos extremos y humo de incendios forestales que matan a millones”.
Las cifras
Los números del informe son muchos y muy detallados, pero para este artículo podemos quedarnos con cinco especialmente relevantes. Por un lado, las muertes relacionadas directamente con condiciones causadas por el cambio climático: la subida de las temperaturas y los incendios. Desde 2012 a 2021 se registraron 546.000 muertes por calor extremo y se estima que sufrimos 16 días adicionales de calor peligroso directamente atribuibles al cambio climático. Esto es, 3 o 4 veces más de los que experimentamos entre 1986 y 2005. De hecho, si tenemos en cuenta las temperaturas peligrosas para los más vulnerables (menores de un año y mayores de 65) los días pasan de 16 a 20 al año.
La otra cifra directa tiene que ver con las muertes por humo de incendios que, en 2024, ascendieron hasta 154.000. Esto es: una tercera parte más de la media registrada cada año entre el 2003 y el 2012. Sin embargo, el estudio no se limita a calcular estos fallecimientos, sino que añade aquellos que, aunque no están causados por el cambio climático, se podrían reducir aplicando las mismas medidas que tenemos que implementar para combatirlo. Un ejemplo son las muertes por contaminación del aire producida por los combustibles fósiles, 2.520.000 al año. Son 11.800.000 muertes las debidas a dietas poco saludables por apoyarse demasiado en productos altamente contaminantes, y 2.300.000 en 2022 las debidas al uso de combustibles sucios en hogares de los países con menos acceso a energía limpia.
El futuro
A esto habría que sumarle las personas que sufren inseguridad alimentaria moderada o severa por sequías y olas de calor (123 millones en 2023), el aumento de los casos de dengue en un 49% desde los años 50, y otras cuantas. Cifras que nos ponen los pelos de punta y que no van a disminuir solo porque miremos hacia otro lado. De hecho, como añade la doctora Romanello: “La destrucción de vidas y medios de vida seguirá aumentando hasta que acabemos con nuestra adicción a los combustibles fósiles y mejoremos drásticamente nuestra capacidad de adaptación”.
Pero no todas las noticias son tan malas. El informe también indica que cada año se salvan unas 160.000 vidas gracias al abandono del carbón y la mejora de la calidad del aire. La generación de energía es más alta que nunca y aunque algunos se retiran, muchos gobiernos siguen sumando medidas efectivas contra el cambio climático.
La misma doctora Romanello concluye que, por suerte: “Ya tenemos las soluciones para evitar una catástrofe climática, y comunidades y gobiernos locales de todo el mundo demuestran que el progreso es posible. Desde el crecimiento de la energía limpia hasta la adaptación urbana, la acción está en marcha y genera beneficios reales para la salud, pero debemos mantener el impulso. La eliminación rápida de los combustibles fósiles sigue siendo la palanca más poderosa para frenar el cambio climático y proteger vidas. Al mismo tiempo, la transición hacia dietas más saludables y sistemas agrícolas sostenibles reduciría drásticamente la contaminación, los gases de efecto invernadero y la deforestación, potencialmente salvando más de diez millones de vidas al año”. Un mensaje esperanzador que no nos invita a dormirnos en unos laureles que ni siquiera rózanos, sino que nos espolea a seguir esforzándonos por un futuro menos sombrío.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Aunque las noticias apocalípticas no son la mejor estrategia para concienciar a la población contra el cambio climático, es importante que las cifras estén disponibles para desmentir bulos y ponerle cara al verdadero peligro, que es más humano y presente de lo que imaginamos.
REFERENCIAS (MLA):
- The Lancet. The 2025 Report of the Lancet Countdown on Health and Climate Change. Peer-reviewed publication, 29 Oct. 2025, doi:10.1016/S0140-6736(25)01919-1.
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