Espacio
Detectan una erupción solar que rompe récords y hemos tenido suerte de captarla
El Telescopio Solar Inouye ha captado una fulguración con los bucles coronales más delgados jamás vistos
Stanislav Lem describió, en Solaris, un planeta con océanos vivos, cuya superficie adoptaba todo tipo de formas complejas. Arquitecturas efímeras que se proyectaban a través de la atmósfera, construyendo arcos, columnas y, en los casos más lisérgicos, incluso bebés gigantes. Salvando las distancias (y este último ejemplo), aquel planeta guarda parecidos con nuestra estrella y, por lo tanto, con cualquier estrella. Esas descomunales bolas de gas y plasma a miles de grados Celsius no son esferas perfectas. Su incandescentes superficie construye arcos y tirabuzones y, de vez en cuando, se propulsa cosmos adentro. Fulguraciones, llamaradas y tormentas solares que constituyen la procelosa “piel” del Sol y que, ahora, podemos ver con más resolución que nunca.
Para comprender el Sol tenemos que desentrañar la naturaleza de estos violentos eventos de su superficie. ¿Por qué ocurren? ¿Cómo se relacionan entre sí? ¿A qué escalas suceden? Y, sobre esta última pregunta tiene mucho que decir una de las últimas investigaciones publicadas en The Astrophysical Journal Letters. En el artículo, los investigadores informan de un récord. Como si fueran paparazis los expertos han logrado “fotografiar” una erupción solar que rompe récords. La erupción fue captada el 8 de agosto de 2024 desde el Telescopio Solar Daniel K. Inouye, de Hawái y, en palabras de Cole Tamburri (autor principal del estudio) “tuvimos la suerte de captarla bajo condiciones de observación perfectas”. Imágenes que harán historia en el campo de la física solar mostrando una fulguración con bucles de 48 kilómetros de ancho. Y aquí viene el truco.
Expectativas
No importa lo que podamos pensar desde nuestra escala humana, 48 kilómetros es poquísimo. El Sol tiene 1.392.700 kilómetros de diámetro, a su lado, nuestro planeta de 12.742 km es un suspiro. En nuestra estrella cabrían 1,3 millones de planetas como el nuestro y, para hacernos una idea, la imagen tomada por el Inouye, a pesar de contar con una resolución sin precedentes, comprende un campo equivalente a cuatro planetas Tierra. A su lado 48 kilómetros es poquísimo y ese es el récord de tamaño, no por arriba, sino por abajo. No estamos ante el bucle más grande captado, sino ante el más pequeño. Y, aunque pueda sonar poco épico, podría ser la puerta de entrada para comprender qué está ocurriendo realmente en la superficie solar.
Podríamos comprar este hito con la invención de un catalejo que nos permita, por primera vez, ver los árboles en una isla lejana. Hasta ahora, lo único que podíamos ver era una masa verde, pero, ahora, hemos captado una imagen con el grado de detalle suficiente para diferenciar especies y, tal vez, ver cómo interactúan entre sí. Así lo expresa Cole Taburri al decir que: “Antes del Inouye, solo podíamos imaginar cómo era esta escala... Ahora podemos verla directamente. Son los bucles coronales más pequeños jamás fotografiados en el Sol. Si es así, no solo estamos resolviendo conjuntos de bucles, estamos resolviendo bucles individuales por primera vez. Es como pasar de ver un bosque a ver cada árbol.” Y añade que, de hecho, “estamos viendo al Sol finalmente en las escalas en que realmente funciona”.
Pero hay más, porque a este récord se suma otro más convencional, ahora sí superlativo: “Es la primera vez que el Telescopio Solar Inouye observa una fulguración de clase X”, afirmación que el mismo Cole aclara: “Estas fulguraciones están entre los eventos más energéticos que produce nuestra estrella”. Concretamente, una fulguración X1.3. Todo ello la convierte en una fulguración excepcional (al menos, en nuestro registro) y, por si fuera poco, captada con unas condiciones atmosféricas ideales, permitiendo disfrutar de un nivel de detalle sobrecogedor que ya está dando mucho que hablar a los expertos.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Los investigadores indican que, aunque la media parece de 48 kilómetros de ancho, algunas zonas de la fulguración podrían rondar apenas los 21 kilómetros, 3 por debajo de la resolución límite que ofrece el Telescopio Solar Inouye. En teoría, se calcula que las fulguraciones oscilan entre los 10 y los 100 kilómetros de ancho, pero de la teoría a la práctica hay un trecho y estas observaciones refuerzan las predicciones teóricas.
REFERENCIAS (MLA):
- Tamburri, Cole, et al. “Unveiling Unprecedented Fine Structure in Coronal Flare Loops with the DKIST.”The Astrophysical Journal Letters, vol. 956, no. 1, 25 Aug. 2025, doi:10.3847/2041-8213/adf95e.