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Exoplanetas

Encuentran un planeta con condiciones similares a la Tierra, y no está tan lejos

El telescopio James Webb apunta a 40 años luz de la Tierra, donde el planeta TRAPPIST-1e podría esconder una atmósfera gemela a la nuestra, aunque la duda sobre si es solo una roca sin vida aún persiste

El brutal exoplaneta que acaban de encontrar los astrónomos: "es increíblemente extraño" NASA

El destino de TRAPPIST-1e, un mundo rocoso a cuarenta años luz de la Tierra, pende de un hilo de luz. Los datos captados por el telescopio espacial James Webb son tan prometedores como ambiguos, colocando a la comunidad científica ante una disyuntiva crucial: ¿estamos ante un planeta con una atmósfera similar a la nuestra o, por el contrario, frente a una simple roca desnuda? Esta es la gran pregunta que los astrónomos buscan responder sobre el que se considera uno de los exoplanetas más interesantes para la búsqueda de vida.

De hecho, lo más revelador de las observaciones iniciales no es lo que afirman, sino lo que descartan. El análisis espectral de la luz ha permitido a los investigadores desechar una atmósfera densa y rica en dióxido de carbono, un escenario similar al que encontramos en Venus o Marte, que haría inviable la presencia de agua líquida en su superficie. Este descarte es en sí mismo una victoria, pues deja la puerta abierta a posibilidades mucho más esperanzadoras. Este tipo de hallazgos se complementan con la exploración de nuestros vecinos planetarios, donde recientemente se descubrió algo que parecía imposible dentro de una roca de Marte, demostrando que el Sistema Solar aún guarda muchos secretos.

Por el contrario, el patrón de luz es compatible con una composición mucho más familiar: una atmósfera donde el nitrógeno sería el principal componente, una configuración muy parecida a la de nuestro propio planeta. Esta posibilidad, tal y como han publicado en Science Alert, mantiene vivas las esperanzas de que TRAPPIST-1e sea un candidato a albergar vida, ya que una envoltura gaseosa protectora es un requisito indispensable para la existencia de agua líquida en la superficie.

Un sistema estelar de contrastes y la necesidad de más datos

No obstante, el optimismo se ve atemperado por la propia historia del sistema estelar. Estudios anteriores sobre otro de sus planetas, TRAPPIST-1d, no hallaron ningún rastro de atmósfera, lo que supuso un revés para los astrónomos que buscan mundos potencialmente habitables en la vecindad cósmica. Este precedente obliga a mantener la máxima prudencia con los nuevos y frágiles indicios, pues la señal detectada es todavía demasiado débil para extraer conclusiones definitivas. La historia y comportamiento de la estrella anfitriona es crucial, ya que el cosmos está lleno de fenómenos impredecibles, como el reciente caso de una estrella que fue captada estallando por segunda vez.

Por este motivo, la comunidad astronómica no se detiene en especulaciones y ya prepara la siguiente fase de la investigación. Se han programado nuevas y más prolongadas observaciones del exoplaneta con el James Webb, con la misión de obtener datos de una calidad muy superior. El objetivo final es validar estos hallazgos preliminares y determinar, sin género de dudas, si este lejano mundo tiene el velo atmosférico que podría cambiar nuestra comprensión del universo.