Astronomía

Inquietud y preocupación en la NASA: el 3I/ATLAS produce un extraño eco

La comunidad científica internacional observa con asombro al 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar jamás detectado, un objeto que emite una extraña señal de radio y posee una composición metálica inédita mientras se aleja para no volver

3I/ATLAS
La ESA está preparando todo para analizar el paso de 3I/ATLAS por MarteJS/GeminiJS/Gemini

Un pulso de radio rítmico, procedente de las profundidades del espacio, tiene en vilo a la comunidad científica internacional. La emisión, cuyo origen es un completo misterio, está vinculada a un objeto que atraviesa nuestro sistema solar a una velocidad de vértigo, y su constancia sugiere que no se trata de un simple ruido cósmico. Esta señal es el elemento más desconcertante de un enigmático viajero interestelar bautizado como 3I/ATLAS, que está poniendo a prueba todo lo que creíamos saber sobre los visitantes de otras estrellas. Este tipo de eventos no son del todo aislados, ya que recientemente se han detectado otras ondas de radio que bombardean la Tierra desde las profundidades del cosmos.

De hecho, los científicos han descartado casi por completo que se trate de una interferencia terrestre. La clave reside en el constante desplazamiento Doppler que presenta la onda, una alteración en su frecuencia que se corresponde a la perfección con el movimiento del objeto. Esta correlación es la prueba que indica que la fuente viaja con el objeto, lo que abre un abanico de hipótesis que van desde fenómenos naturales desconocidos hasta las especulaciones más audaces.

Además, la lista de rarezas de 3I/ATLAS no hace más que crecer. Este es el tercer objeto de origen interestelar jamás detectado y ya ha mostrado un comportamiento insólito, como una «anticola». Se trata de un fenómeno muy poco frecuente que provoca que parte de su estela de polvo apunte directamente hacia el Sol, desafiando la lógica de la presión del viento solar y sumando otra capa de extrañeza a su paso fugaz y sin retorno por nuestro vecindario cósmico. Su comportamiento se suma a una lista creciente de enigmas cósmicos, como el reciente hallazgo de misteriosos puntos rojos en el espacio que también desconciertan a los astrónomos.

Una reliquia cósmica que desafía las leyes conocidas

En este sentido, los análisis de su composición han arrojado datos aún más sorprendentes. El núcleo, de unos cinco kilómetros de diámetro, parece estar formado por materiales de una antigüedad extrema, calculada en más de diez mil millones de años, lo que lo convierte en una auténtica cápsula del tiempo de los albores del universo. A esto se suma el hallazgo de una aleación de níquel sin hierro, una composición metálica que, no se había observado nunca en la naturaleza.

Por si fuera poco, los telescopios también han detectado emisiones de hidroxilo, un claro indicador de la presencia de agua. Lo que desconcierta a los astrónomos es que estas emisiones se producen en un punto de su órbita donde las temperaturas son tan bajas que deberían impedir la sublimación del hielo. Esta inesperada presencia de agua en condiciones gélidas es otra de las grandes incógnitas que rodean al objeto. La presencia de agua, incluso en forma de hidroxilo, siempre es un factor de gran interés en la exploración espacial, de forma similar a cuando la NASA encontró posibles signos de vida en Marte asociados a antiguos entornos acuosos.

Ante este escenario, la NASA ya ha anunciado que coordinará una intensa campaña de observación internacional entre noviembre de 2025 y enero de 2026, coincidiendo con su máxima aproximación a nuestro planeta. Las autoridades, por su parte, han querido transmitir un mensaje de calma, asegurando que la trayectoria de 3I/ATLAS no supone ningún tipo de riesgo para la Tierra.