Agricultura
Las lombrices aportan más de 140 millones de toneladas de alimento cada año
Hay 57.000 millones de gusanos por habitante del planeta y, por cantidad, serían el cuarto mayor productor de granos del planeta.
El número es inconmensurable: hay unos 57.000 millones de nematodos por cada humano en el planeta. Su tarea es fundamental para airear la tierra y facilitar las cosechas. Pero, ¿en qué medida ayudan realmente a que las plantas crezcan? Según la primera estimación mundial de la contribución de los invertebrados al rendimiento de los cultivos, las lombrices aportan más de 140 millones de toneladas de alimento cada año. Si solo nos limitamos al trigo, esto equivale, aproximadamente, a una rebanada de cada barra de pan.
"Es un hallazgo muy importante e interesante- afirma Helen Phillips, ecologista de la Universidad de Saint Mary, que no participó en el estudio -. Realmente resalta la importancia de las lombrices de tierra, junto con otros organismos del suelo, como proveedores de funciones y servicios de los ecosistemas".
La realidad es que las lombrices de tierra hacen muchas cosas para hacer que el suelo sea más fértil. Al alimentarse de materia vegetal muerta, liberan nutrientes mucho más rápido que los microbios del suelo por sí solos. También mejoran la estructura física del suelo. A medida que los gusanos digieren la materia vegetal, excretan pequeños grupos estables de partículas. Junto con las madrigueras de las lombrices, estos agregados hacen que el suelo sea más poroso. Esto permite que el agua de lluvia penetre y las raíces crezcan más fácilmente.
Para calcular en qué medida estos “ingenieros del suelo” aumentan la producción de alimentos en todo el mundo, Steven Fonte, líder del estudio, y su equipo, combinó información del Atlas Global de Abundancia de Lombrices con mapas de cosechas agrícolas. También tuvieron en cuenta estimaciones anteriores sobre la mejora de la productividad de las plantas.
El equipo de Fonte descubrió que las lombrices de tierra son responsables de casi el 7% de las cosechas mundiales de cereales, como arroz, trigo y maíz. La contribución es menor (alrededor del 2%) para las legumbres, incluidas la soja y las lentejas, porque estos cultivos pueden cooperar con los microbios para producir su propio nitrógeno y, por lo tanto, dependen menos de las lombrices para que ese nutriente esté disponible.
Pero en áreas individuales, como al sur del ecuador, el beneficio es aún mayor. En el África subsahariana, por ejemplo, donde muchos suelos tienen pocos nutrientes y los fertilizantes escasean, las lombrices aumentan la producción de cereales en un 10%. Sin embargo, Fonte advierte que se necesita más trabajo en la estimación de esa región porque la mayoría de los estudios subyacentes al atlas de lombrices de tierra procedían de países templados del norte.
Los autores del estudio espera que los resultados animen a responsables políticos y administradores de tierras a examinar más detenidamente el papel de los invertebrados y microbios del suelo. Una forma en que los agricultores pueden hacer que sus suelos sean más amigables para las lombrices es arar menos, añade. Se sabe que la labranza intensa es mala para las lombrices.
A veces es más fácil decirlo que hacerlo, señala Jan Willem Van Groenigen, científico del suelo de la Universidad e Investigación de Wageningen, quien no participó en la investigación. En los trópicos, por ejemplo, donde el suelo suele estar agotado, es posible que los agricultores pobres no puedan permitirse medios conocidos para aumentar las poblaciones de lombrices, como incrementar la humedad o agregar materia orgánica. "Es probable que las lombrices de tierra tengan los mayores efectos beneficiosos potenciales en los sistemas donde es menos probable que ocurran – concluye Van Groenigen -. Este es un gran desafío".
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