Genética humana

Mario Alonso Santamaría, experto en biología: "Esta es la principal amenaza que afecta al ser humano"

En este sentido, el especialista identifica el peligro más significativo que acecha a la subsistencia del ser humano, revelando un hecho empírico que podría desembocar en un mal mucho mayor

Mario Alonso Santamaría, experto en biología: "Esta es la principal amenaza que afecta al ser humano"
Mario Alonso Santamaría, experto en biología: "Esta es la principal amenaza que afecta al ser humano"La Razón

La subsistencia del ser humano enfrenta una serie de amenazas invisibles que, aunque no siempre se perciben a simple vista, podrían tener consecuencias devastadoras a largo plazo. Estas amenazas no provienen únicamente del cambio climático o los conflictos bélicos, sino también de factores menos evidentes como la pérdida de biodiversidad microbiana, la degradación genética por exposición continua a contaminantes o el avance de virus con potencial pandémico. La fragilidad de nuestro sistema inmunológico frente a nuevas enfermedades emergentes se ha hecho especialmente visible tras la pandemia del coronavirus, que dejó en evidencia la rapidez con la que un agente microscópico puede alterar el equilibrio de la civilización moderna y poner en jaque su continuidad.

Desde el punto de vista genético, los seres humanos comparten un elevado porcentaje de ADN con otras especies, sin embargo, algunas diferencias clave determinan nuestra mayor vulnerabilidad ante ciertos peligros. A diferencia de muchas especies animales que presentan un registro de fortalezas mucho más amplio, los humanos han experimentado una reducción progresiva de esa variabilidad, lo que puede limitar nuestra capacidad de adaptación frente a nuevas amenazas biológicas. Este contraste se acentúa con especies que, por su evolución o estilo de vida, han desarrollado mecanismos de resistencia natural frente a virus, bacterias o cambios extremos en el entorno. Mientras que muchos microorganismos y animales evolucionan con rapidez, el ser humano sigue dependiendo de la ciencia y la tecnología para compensar esa lentitud adaptativa.

La pandemia del COVID fue un ensayo involuntario sobre cómo podría desarrollarse una crisis de escala mayor. Si bien su letalidad fue moderada en comparación con otros virus potenciales, su capacidad de propagación global demostró que la humanidad no está preparada para enfrentar epidemias de mayor gravedad. Expertos en salud pública y biología evolutiva advierten que futuras pandemias podrían derivarse de virus más agresivos, con tasas de mortalidad significativamente más altas, capaces de desestabilizar el orden social y económico de manera irreversible. Esta posibilidad plantea la necesidad urgente de reforzar la vigilancia epidemiológica, invertir en investigación genética y revisar los modelos actuales de relación con la naturaleza, cuya alteración constante está dando lugar a desequilibrios que amenazan, cada vez más, la continuidad de la especie humana.

La principal amenaza que afecta al ser humano

Mario Alonso Santamaría, experto en biología, expuso en su comparecencia en ConCdePodcast la importancia de tener en cuenta este factor para el desarrollo de la raza humana y el devenir genético en los próximos años. "La principal amenaza que se encuentra el ser humano a día de hoy, para la supervivencia de la especie, es la diversidad genética", sentencia el especialista. Esto se debe a la comparación con, precisamente, otra clase de especies animales, que debido a sus componentes genéticos han podido desarrollar y evolucionar su naturaleza adaptándose a diferentes climas y situaciones adversas. Por el contrario, existen evidencias de que, en comparación con la cuantía de los seres humanos, esta variable no representa, en términos proporcionales, la misma seguridad.

"Somos ocho mil millones de personas en el mundo, se cree que llegaremos a diez mil millones en no mucho tiempo y es increíble, fíjate lo igual, lo parecidos que somos todos", explica. Al mismo tiempo, indica que con una muestra de 10.000 personas se podría llegar a tener toda la diversidad genética que concierne a la especie humana. "Como no tenemos variabilidad genética, si llega algo que mate a uno, va a matarnos a todos porque somos clones a grandes rasgos", asegura en relación a la llegada de una patología que sea irrefrenable por parte de nuestras defensas comunes.

Los principales problemas de la diversidad genética humana

Uno de los principales problemas, a parte de los ya mencionados, es la disminución de la capacidad adaptativa frente a nuevas condiciones ambientales o biológicas. La diversidad genética funciona como un "banco de soluciones" que permite a una especie responder a amenazas como nuevas enfermedades, cambios climáticos extremos o variaciones en la disponibilidad de recursos. Si esa reserva genética es limitada, las posibilidades de que existan individuos capaces de sobrevivir y transmitir genes útiles se reducen drásticamente, lo que aumenta el riesgo de colapsos poblacionales.

Además, una baja diversidad genética favorece la aparición y propagación de enfermedades hereditarias. A lo largo de las generaciones, ciertos trastornos genéticos pueden acumularse en poblaciones donde los individuos comparten una carga genética similar, incrementando los casos de mutaciones recesivas o defectos congénitos. Esta situación puede afectar no solo la calidad de vida, sino también la capacidad reproductiva de las generaciones futuras. En conjunto, estos factores ponen en riesgo la resiliencia de la especie humana, haciéndola más vulnerable a posibles escenarios de extinción o deterioro progresivo.