
Hidrógeno
El mineral más común del mundo rompe las barreras para la revolución del hidrógeno
Investigadores japoneses han desarrollado un catalizador de bajo coste a partir de un mineral común que promete jubilar a los caros metales preciosos en la producción de hidrógeno para vehículos y barcos

El platino, ese metal precioso y escaso, ha sido durante décadas el gran guardián que impedía la popularización del hidrógeno como energía limpia. Su elevado coste para fabricar los catalizadores necesarios convertía esta alternativa en un lujo tecnológico inviable a gran escala. Ahora, sin embargo, el principal escollo para el hidrógeno parece a punto de derrumbarse gracias a un avance tan sorprendente como revolucionario gestado en Japón. Esta investigación se suma a otros esfuerzos recientes que buscan nuevas maneras de conseguir hidrógeno limpio y barato, consolidando la carrera global por una energía más sostenible.
Pues bien, el protagonista de este vuelco tecnológico no es ningún material exótico de laboratorio, sino un mineral extraordinariamente común conocido como «herrumbre verde». Un equipo de investigadores japoneses ha descubierto la manera de transformar este compuesto, abundante y barato, en la pieza clave para producir hidrógeno de forma masiva, abriendo la puerta a una nueva era de vehículos no contaminantes, desde coches hasta barcos.
De hecho, los científicos han conseguido desarrollar un catalizador de bajo coste y altísimo rendimiento que podría cambiar por completo el panorama energético. Este nuevo material ofrece por primera vez una alternativa viable a los metales preciosos, tal y como han publicado en Interesting Engineering, con un potencial para abaratar la tecnología de las pilas de combustible de una manera decisiva.
La clave: transformar un mineral común en motor de futuro
El secreto de su eficacia reside en un proceso químico relativamente sencillo. Los investigadores tratan la herrumbre verde con una solución de cloruro de cobre, una intervención que provoca la formación de diminutos cúmulos de óxido de cobre en la superficie del mineral. Esta nueva estructura es la que logra catalizar la reacción de forma eficiente, permitiendo descomponer el borohidruro de sodio para obtener hidrógeno puro.
Además, el catalizador presenta una ventaja adicional de gran importancia: aprovecha la energía solar. Cuando el material se expone a la luz, la velocidad a la que genera hidrógeno se acelera, mejorando notablemente la eficiencia global del sistema. Esta característica lo convierte en una solución todavía más sostenible, al integrar dos fuentes de energía limpia en un único proceso de producción.
En definitiva, las pruebas de laboratorio han confirmado que el rendimiento de este innovador catalizador es comparable, e incluso superior en algunas métricas, al de los materiales basados en metales nobles. A su notable eficacia y durabilidad se suma el factor decisivo de su bajo precio, lo que consolida su potencial para facilitar una producción de hidrógeno mucho más accesible y extendida por todo el mundo.
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