
Arqueología
Tiene 3.000 años, pero esta estatua bajo el agua todavía conserva las huellas rituales de sus creyentes
Una pequeña figura ancestral emerge del fondo de un lago italiano para reescribir parte de la historia de la Edad del Hierro

Las profundidades del Lago Bolsena, en la región italiana de Aiola, han sido testigos de un hallazgo que viene a desentrañar aspectos hasta ahora desconocidos de la Edad del Hierro. Una pequeña figura de arcilla, que data de entre los siglos X y IX a.C., ha sido recuperada por arqueólogos subacuáticos, ofreciendo una ventana directa a la vida de sus antiguos habitantes.
La pieza, de apariencia femenina y del tamaño de la palma de una mano, muestra un estado inacabado, casi como un borrador de lo que su creador del siglo X antes de Cristo quiso plasmar. Su simplicidad contrasta con el valor informativo que encierra, pues sobre su superficie aún se aprecian las marcas de las huellas dactilares de quien la moldeó hace milenios.
Este particular objeto de arcilla, a pesar de su condición inconclusa, proporciona una cantidad importante de indicios sobre su posible función y el contexto en el que se desenvolvía la vida en la Edad del Hierro en la península itálica. Su singularidad radica no solo en su antigüedad, sino también en el lugar donde ha sido descubierta. Hallazgos de este tipo o el de los restos del Faro de Alejandría dan sentido a las expediciones arqueológicas subacuáticas.
Un vistazo único a la vida cotidiana de la Edad del Hierro
Expertos en patrimonio cultural indican que este tipo de figuras suelen asociarse habitualmente a contextos funerarios. Sin embargo, en esta ocasión, la estatuilla fue hallada en lo que, según las investigaciones, fue una zona residencial. Este hecho sugiere que, lejos de ser un objeto mortuorio, la figurilla pudo haber tenido usos rituales domésticos o formar parte de un espacio de culto dentro del propio poblado, tal y como recoge el medio Popular Mmechanics.
El notable estado de conservación del objeto ha permitido observar detalles con gran valor histórico. Más allá de las huellas del artesano, bajo el pecho de la figura se distingue la impresión de un tejido, lo que apunta a que la estatuilla pudo haber sido "vestida" en algún momento. Este detalle ofrece una visión inusual sobre las prácticas decorativas o rituales de la época y la dedicación a estas pequeñas representaciones.
El mérito de este descubrimiento recae en el equipo del Servicio de Arqueología Subacuática. No obstante, su preservación y extracción del fondo del lago ha sido posible gracias a la estrecha colaboración de expertos del equipo de Restauración de Bienes Culturales de Italia y los buzos gubernamentales, demostrando la coordinación de especialistas necesaria para este tipo de operaciones.
Aiola: Un asentamiento que alberga una historia de gran valor
El sitio de Gran Carro di Bolsena, en la región volcánica de Aiola, ha sido hasta hace relativamente poco tiempo un área con una historia desconocida desde el punto de vista arqueológico. Fue a partir de 1991 cuando los investigadores empezaron a desentrañar su pasado, al vincular un cúmulo de piedras sin forma aparente con la presencia de manantiales termales de aguas calientes.
Los hallazgos iniciales de 1991 incluyeron también postes de madera y fragmentos cerámicos en el lado suroeste del lago, objetos que confirmaron una ocupación temprana durante la Edad del Hierro. La fuerza de estos manantiales, que expulsan gases y minerales a temperaturas que pueden alcanzar los 40 grados Celsius, se evidencia en la existencia de al menos otras cuatro formaciones rocosas similares, aunque de menor tamaño, en el mismo lago.
Un descubrimiento fundamental tuvo lugar en 2020, cuando bajo las piedras se encontró un montículo de tierra, en la misma zona de donde provenían los fragmentos de madera y cerámica. Este hallazgo llevó a los expertos a determinar que Aiola fue un poblado palafítico importante durante la Edad del Hierro temprana. La presencia de monedas y vasijas de la era constantiniana añade una información relevante: que el sitio estuvo habitado hasta la fase final del Imperio Romano.
La región de Aiola, y con ella el Lago Bolsena, aún guarda muchos secretos por desvelar. Cada nuevo objeto recuperado, incluso una figurilla de arcilla sin terminar, contribuye de forma considerable a que los arqueólogos puedan reconstruir y entender mejor cómo vivían y se relacionaban las comunidades de la antigüedad, aportando nueva luz sobre su día a día y sus costumbres.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

Las titulaciones de los políticos