Innovación

Envoltorios comestibles o ropa biodegradable para frenar el cambio climático

300 jóvenes presentan sus ideas a la reina Letizia

La reina Letizia preside la proclamación del Premio de Investigación Científica 2020
La reina Letizia, en la imagen, junto al alcalde de València, Joan Ribó, a su llegada a la Universidad Politécnica de Valencia, donde preside la proclamación del Premio de Investigación Científica 2020 que concede la Fundación Princesa de Girona. EFE/ Manuel BruqueManuel BruqueAgencia EFE

Ropa textil biodegradable o envases comestibles hechos con almidón y gelatina de alga son algunas de las ideas para frenar el cambio climático proyectadas por 300 jóvenes valencianos. Estos jóvenes, estudiantes de Secundaria y universitarios, han expuesto sus ideas durante un taller de innovación celebrado en la Universitat Politècnica de València (UPV), al que ha asistido la reina Letizia, quien se ha interesado por sus proyectos.

Doña Letizia, acompañada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha hablado con algunos de los jóvenes participantes en el reto y posteriormente ha escuchado la exposición de los diez grupos que han expuesto proyectos que han creado en el tiempo récord de tres horas. Xavier Verdeguer, director del centro de innovación Imagine y conductor del taller, ha destacado a los periodistas que los participantes tienen una “creatividad desbordante” en un tema “tan amplio” como el del cambio climático.

Algunas de las ideas innovadoras expuestas por los jóvenes están relacionadas con envoltorios comestibles, la reducción del consumo de agua, facilitar la reducción de las emisiones, usar servicios de movilidad más sostenible o compartir vehículos o elementos de movilidad. Otras, según Verdeguer, no solo ayudan a reciclar sino que van “un poco más allá, a evitar generar residuos” y, en lugar de tirarlos en el contenedor, “hacer algo en casa con este residuo y darle otra vida”.

Los jóvenes han expuesto ideas como concienciar a los niños para que no consuman hamburguesas en locales de comida rápida, porque en la fabricación de cada una de ellas se gastan 2.392 litros agua. También la posibilidad de reducir los residuos del mar con una aplicación que reúne gente en las playas para limpiarlas, o contenedores de aceite usado que se cambien por dinero.

Aumentar o disminuir la velocidad del wifi en las casas dependiendo de si reciclamos mucho o poco, a través de un sensor conectado al router en la papelera, es otro de los proyectos presentados durante el reto. También una aplicación que conecta al supermercado con el consumidor para notificarle cuándo tienen productos de desecho rebajados, porque anualmente son desechados un tercio de los productos de estos comercios.

Otras ideas ha sido un sistema informático que detecta la temperatura corporal en las aulas y enciende la calefacción, una aplicación que detecta el consumo diario de plástico o un kit de ropa textil biodegradable y modificable “más sostenible”. También la reutilización de residuos del sector vitivinícola en empresas de bebidas carbonatadas o como tinte natural, o la creación de una materia prima biodegradable y comestible, hecha de almidón y gelatina de alga, como alternativa al plástico. Alquilar la ropa, porque en cada pantalón vaquero se gastan 10.000 litros de agua, o reducir al máximo el consumo de carne mediante paneles interactivos en los supermercados que alerten de su impacto en el medio ambiente, son otras de las ideas expuestas.