Valencia
Ribó reconoce que los jardines de Valencia están descuidados por el recorte del presupuesto de mantenimiento
“Cada vez que vengo en bici y me tengo que agachar, creo que fue un error quitar la contrata de poda”
El alcalde Valencia, Joan Ribó, ha presentado esta mañana junto al edil de Jardines, Sergi Campillo, el nuevo contrato para el mantenimiento de los mismos que aumenta de 14,5 millones de euros a 21,7 millones. el Ayuntamiento está convencido de que fue un error reducir el presupuesto destinado al cuidado de los jardines, y tal y como reconoció Campillo, el mal estado de los jardines de la ciudad y la falta de poda “es una queja constante de los ciudadanos”.
El propio alcalde Ribó dijo sobre la supresión de la contrata de poda por los recortes presupuestarios por la crisis de 2008 a 2014 que “cada vez que vengo en bici y me tengo que agachar para pasar bajo las ramas de un árbol, pienso que fue un error”. Con el nuevo contrato se prevé también las limpieza de los alcorques, donde actualmente crece la maleza desmesuradamente.
Ribó y Campillo han presentado el nuevo contrato que se prevé adjudicar en el primer trimestre de 2022 y que tendrá cuatro años de duración más uno de prórroga, y que pondrá el acento en la calidad del servicio y no en el precio. Así, la bajada de precio contará solamente un diez por ciento en la valoración ·porque luego el servicio se resiente”, y dejará a criterios subjetivo el 43 por ciento de la puntuación “para que el servicio sea de calidad” según justificó Campillo.
El nuevo contrato que debe aprobar la Junta de Gobierno este viernes, está dividido en cuatro lotes. A los habituales de zona norte y zona sur se une ahora la poda del arbolado viario y un lote especial para los jardines de La Rambleta y el Campus de Tarongers. Abarca tres millones de metros cuadrados de superficie verde y supondrá la contratación de al menos un 20 por ciento más de personal, del que el cincuenta por ciento deberán ser mujeres, “en un sector muy masculinizado”, como ha reconocido Campillo.
Para el alcalde, “el crecimiento significativo de las zonas ajardinadas en la ciudad desde 2015 hacía imprescindible más recursos”, en referencia al Parque Lineal de Benimàmet, el Parque de Malilla, el Parque Central, “y muchos jardines, áreas para niños y zonas para perros que se han creado en los distritos y pueblos de la ciudad”, entre otros.
Además, el contrato prevé más recursos si se incorporan nuevas zonas verdes como la del bulevar García Lorca o la salida de la avenida Ausias March. La intención es llegar a los diez metros cuadrados de zona verde por habitante. Actualmente, la proporción es de seis metros cuadrados por habitante.
Por otro lado, el nuevo contrato “se encuentra en coherencia” con la Agenda Urbana 2030. “Es sostenible con un componente ecológico”, ha resaltado el alcalde, quien ha asegurado que se rehúsan los herbicidas y plaguicidas de síntesis química y se apuesta por la descarbonización. Los vehículos de nueva adscripción dispondrán de etiqueta ECO y el 50 por ciento de la maquinaria de jardinería será eléctrica, como requerimiento. Junto con la utilización de tratamientos biológicos para hacer frente a las plagas, se introducen otras medidas, como la reutilización de restos vegetales para su reincorporación en el ciclo biológico de los jardines, el control mecánico de raíces adventicias o la protección de la nidificación en época de cría a la hora de planificar los trabajos de poda. Solo en caso de plagas difíciles de combatir, como el picudo de la palmera, se emplearán los tratamientos convencionales.
El edil Campillo ha indicado igualmente que se recuperan servicios como el cuidado de los árboles monumentales y singulares, la poda o la apertura y cierre de jardines, y que el contrato se divide en cuatro lotes, teniendo en cuenta que se diferencia por primera vez la conservación integral del arbolado viario del arbolado de los jardines, “porque tienen necesidades de poda diferentes”, y que se reservan dos espacios singulares, el Parque de la Rambleta y el Parque del Campus de Tarongers, para que sean gestionados por centros especiales de empleo o empresas de inserción social, dentro de “la apuesta por la inclusividad”.
El presupuesto destinado a la gestión de los espacios ajardinados sube alrededor del 38 % —de los 3,52 a los 4,74 euros por metro cuadrado de jardín—, mientras que el importe dedicado al arbolado viario se eleva un 89 % —unos 100 euros por árbol al año—. Por lotes, la cuantía para los jardines de la zona norte crece de 6,1 a 8,5 millones de euros; para los jardines de la zona sur, de 4,9 a 6,8 millones de euros; para el arbolado viario, de 3,1 a 5,9 millones de euros, y para los jardines de la Rambleta y el Campus de Tarongers, de 262.500 a 431.919 euros.
Respecto a los criterios de licitación, Campillo ha detallado que “se quiere premiar la oferta de más calidad, no la oferta más barata”. Por eso, se establece en un 57 % la valoración por criterios de adjudicación cuantificables en cifras o porcentajes, como el precio, y un 43 % por criterios de valoración por juicio de valor. En esa línea, “destaca el relativo poco peso específico” que se le da a la baja económica —hasta 10 puntos—, frente a otros aspectos que fomentan mejoras en cuanto a personal, vehículos y maquinaria, y suministros.
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