En el año 2013 una crisis personal profunda la llevó a dejar su trabajo como arquitecta en Alemania y empezar un camino de autoconocimiento. Desde entonces, Rut Nieves ha publicado cinco libros de gran éxito: Cree en ti, Haz tus sueños realidad, El amor de tu vida, Naciste para disfrutar y, ahora, Recupera tu poder. En este último nos habla de cómo entrar en contacto con uno mismo, a través del cuerpo y de la introspección, para reconectar con todo nuestro potencial y dejar atrás creencias limitantes.
¿Cómo ha ido cambiando Ruth Nieves desde su primer libro?
El principal cambio es que ahora me siento mucho más relajada, más segura, más en paz conmigo misma y con la vida, siento que que me acepto más.
Es difícil, ¿verdad?
Yo he hecho mucho trabajo personal desde que dejé la arquitectura y empecé a escribir Cree en ti en 2014, y empecé ese trabajo de autoconocimiento más consciente. Ahora siento que me acepto más, me respeto más, me quiero mas, y acepto, respeto y quiero al resto de personas tal y como son. También he hecho un trabajo corporal muy profundo a través del yoga, de los masajes, y otras técnicas de las que hablo en el libro, que me han permitido reconectar con mi cuerpo, aprender a escucharme, sacar todo lo que necesitaba sacar.
¿Por qué nos cuesta tanto? Hay que hacer mucho trabajo para aceptarse a uno mismo.
Buena pregunta (ríe). Desde que nacemos nos han inculcado cómo teníamos que ser y lo que teníamos que hacer. Hemos recibido una educación muy dirigida a lo que el sistema o la sociedad quería o esperaba de nosotros. No hemos recibido una educación dirigida a conocernos, a escucharnos, a atendernos, a cuidarnos y, si no nos conocemos, ¿cómo nos vamos a aceptar? Nos educan para ser obedientes, ser buenas personas, portarnos bien. Vamos aprendiendo a reprimir nuestras emociones, que no está bien ser cómo somos, y nos vamos anulando, y eso es rechazarnos. Y eso que hacemos con nosotros, lo hacemos también con los demás. Quiero resaltar que todo esto que nos inculcan se hace porque es lo que se ha hecho con ellos, y doy gracias porque vamos evolucionando y cada vez hay más cambios.
Hablas en este libro de la importancia de dedicarse tiempo, ¿no crees que la vida actual está montada justamente para todo lo contrario? ¿Para no tener tiempo?
Sí, y hay que hacer un esfuerzo titánico para encontrar tiempo. Hasta que encuentras la clave: priorizarnos, colocar nuestra salud física, mental y emocional en primer lugar. El primer obstáculo que tenemos es creer que eso está mal. La primera creencia que tenemos que romper es esa, y entender que está bien que yo me cuide, me atienda y me priorice. Tengo derecho a priorizarme. Porque cuando cambiamos nuestras prioridades cambia todo. Hemos aprendido a priorizar a nuestra pareja, a nuestros hijos, al trabajo, a nuestros padres... al final dices, ¿qué lugar ocupo yo en mi vida? ¿Qué lugar ocupa mi felicidad? ¿Qué lugar ocupa mi salud? ¿Mi paz? Cuando hacemos este ‘click’, de «tengo derecho a priorizarme en mi vida» y, está bien que lo haga, desaparece la culpa y el cambio es más fácil.
¿Es posible cambiar todas esas creencias? ¿Incluso las que tenemos más arraigadas?
Sí que es posible. Por eso hablo tanto del cuerpo en este libro, porque después de años investigando, me he dado cuenta de que al final esas creencias están alojadas en nuestro cuerpo, y se alimentan de una serie de emociones que están también encapsuladas en el cuerpo. Gracias al yoga y a la respiración, entras en contacto con todas las partes del cuerpo. La respiración tiene el poder de liberar emociones. Cuando haces ese trabajo corporal de liberación emocional, las creencias empiezan a salir, es más fácil desalojarlas. No es solo el trabajo mental sino también el corporal.
A veces nos empeñamos mucho en cambiar algunas cosas, que van modificándose de manera orgánica, ¿verdad?.
Sí, es algo gradual, hay creencias que no las podemos sacar de la noche a la mañana, necesitamos días, meses o años. Y cuanto mas pacientes aprendemos a ser en ese proceso, mejor, es como regar una planta. Esas prisas vienen de la autoexigencia y hay que aprender a jubilar esa autoexigencia. Elegir otro ritmo y respetar tu ritmo de aprendizaje.
¿Todos tenemos alguna herida?
Dicen que todos tenemos un poco de cada herida y las más habituales son el rechazo y el abandono. A todos nos pasan cosas muy parecidas. A lo mejor hay personas que se sienten más heridas de una forma o de otra. Lo bonito es entender que todo el mundo vive ese dolor en algún tema de su vida. Y a veces somos muy injustos con nosotros mismos y con los demás, porque no nos conocemos y no nos atrevemos a expresar ese dolor que sentimos. Cuando nos permitimos expresar nuestra vulnerabilidad, es cuando realmente podemos conectar.
Hablas mucho del amor incondicional en el terreno de la pareja, ¿crees que es lo más habitual?
Es el ámbito de nuestra vida que más necesitamos revisar, el de las relaciones. Nos han educado en la dependencia emocional y ahí sí que hay que hacer un trabajo de hacer consciente lo inconsciente, porque son mecanismos que tenemos tan automatizados que si no prestamos atención no podemos cambiarlos. Debemos recordar que tenemos derecho a ser amados y aceptados tal y como somos. Primero hay que poner atención en cómo me relaciono yo, cuando lo paso mal en una relación es cuando hay que empezar a observar. Esto que observo en la otra persona, me dice las creencias que yo tengo y también me refleja cómo me trato yo a mi misma. La pareja es un espejo extraordinario de cómo nos tratamos a nosotros mismos, y de las creencias que tenemos.