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Cisma en el sector de la cerámica: los sindicatos convocan huelga y la patronal les acusa de "provocación" y se levanta de la mesa de negociación del convenio

Ascer se queja de que los representantes de los trabajadores anunciaron los paros antes de dejar que contestaran a su última contraoferta

La industria azulejera, expectante ante incertidumbre tras crecer 4 % en 2019
Dos personas recorren la feria CevisamaKai FörsterlingAgencia EFE

El sector de la cerámica se parte en dos. La patronal y sindicatos llevan ya meses con un tira y afloja para renovar el convenio del azulejo, pero las negociaciones no avanzan y tras rechazar la última propuesta de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), la patronal se levantó de la mesa de negociación tras presentar los sindicatos la convocatoria de huelga para los días 4, 5 y 6 de junio.

Desde CCOO-PV aseguran que no entienden que se tome como una "provocación" cuando era algo que se lleva anunciando durante semanas. "Nos dijeron que era una provocación presentar un documento de huelga, pero no es una provocación, lo estamos diciendo desde hace un mes", asegura a LA RAZÓN Jordi Riera, representante de CCOO PV. "No entendemos su sorpresa. Llevamos semanas advirtiendo de que, si no hay avances, habrá movilizaciones. No vamos a permitir que se bloqueen derechos tan básicos", añade Antonio Durán, portavoz de UGT-FICA.

Los sindicatos siguen defendiendo que este 2025 es el año "de la recuperación" del sector en el que se tienen que restituir sus derechos como trabajadores tras varios años en los que han arrimado el hombro debido a la presión inflacionaria en el sector. "Hemos acompañado a la patronal para pedir ayudas, hemos aceptado ERTEs para mantener puestos de trabajo", explica Riera. "Entendemos que tenemos que recuperar condiciones salariales y de trabajos vinculados ahora a la nueva situación del sector", añade.

Ascer ofreció unas condiciones para renovar para el año 2025 en las que subía los salarios un 2,5% " teniendo en cuenta que el IPC del mes de abril se ha situado en el 2,2% y que las previsiones para final de año siguen siendo de moderación de la inflación" y con la previsión de negociar a partir de octubre los convenios venideros, pero los sindicatos rechazaron la propuesta e hicieron una contra-oferta, pero la patronal critica que "antes de que pudiéramos dar respuesta a su última pretensión nos entregaron la comunicación de paros", algo que vieron como una falta de respeto.

La petición sindical inicial incluye un aumento del 1% sobre la subida del IPC, un compromiso a largo plazo no "un convenio de transición" y una reducción de ocho horas al año, pero, sobre todo, aseguran que la principal crítica es que no garantizan la subida del 0,3% que les ofrecen si sigue incrementando el IPC. "Si el IPC acaba en el 3% perderíamos medio punto, si dicen que la inflación va a bajar qué les cuesta garantizar el incremento vinculado hasta final de año", afirma Riera a LA RAZÓN, que alude a la inestabilidad global. "Si Trump acaba poniendo aranceles subirá la inflación y ya hemos perdido suficiente. Este es el año de recuperación del salario de los trabajadores y si no se nos escucha en la mesa seguiremos en las calles", añade.

El representante sindical reconoce que la patronal Ascer dio "un primer paso" retirando los recortes previstos en sus derechos como congelar la antigüedad, flexibilizar la jornada de trabajo y eliminar el plus de peligrosidad por tóxicos, pero aclara que para ellos eso era solo la condición para sentarse a negociar. A partir de ahí, considera que más allá de la subida salarial hay otros temas a negociar que no están acordados como permisos retribuidos y otras adaptaciones legales.

El próximo paso es una convocatoria el 30 de mayo de los delegados sindicales para protestar frente a la patronal Ascer previa a la huelga a la que están llamados todos los trabajadores. Por el momento no están previstas más reuniones antes de los paros.