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Sanidad

La dana provocó 30 agentes infecciosos y enfermedades a la población

Un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche, UMH, constana que los mosquitos, abundantes en noviembre, propagaron enfermedades

La dana causó en la población enfermedades gastrointestinales y de las vías respiratorias La Razón

Una treintena de agentes infecciosos fueron detectados en las semanas posteriores a la dana de Valencia, del 29 de octubre de 2024, especialmente en la ingente acumulación de lodos arrastrados.

Esta es una de las principales conclusiones del "Estudio sobre agentes infecciosos y riesgos de epidemias después de la dana", algunos de cuyos datos han sido ofrecidos este miércoles en unas jornadas organizadas por el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche por parte de dos de los autores del informe, los catedráticos del área de Parasitología de la Universtat de València Santiago Mas-Coma y María Dolores Bargues.

El informe se basa en la recogida de 111 muestras en distintos puntos afectados por la dana durante las tres primeras semanas tras el 29 de octubre, 44 de ellas en tomas de agua acumuladas y 65 en lodos, y en ellas también se han recogido para su estudio 3.000 mosquitos y 140 caracoles que también son vectores de transmisión de los virus y bacterias.

Bargues ha señalado que se han observado una treintena de virus y bacterias como agentes infecciosos, la mayor parte concentrados en los lodos arrastrados más que en las aguas, y ha añadido que se ha visto una elevada cantidad de mosquitos, "inusual para un mes de noviembre", lo que agravó la situación sanitaria por su capacidad como vectores de transmisión de enfermedades.

La diarrea, una de las principales enfermedades 'postdesastre'

Entre las enfermedades "postdesastre" más comunes tras la dana de Valencia, la incidencia de dolencias gastrointestinales, especialmente la diarrea, así como infecciones respiratorias al inhalarse moho en numerosos lugares afectados por la riada.

Para la experta, los microorganismos detectados son muy variables en cuanto a especies y se han visto distintos tipos de transmisión, ya sea por la falta de equipos de protección, la falta de higiene, la presencia de heridas o por la transmisión a través de animales.

Ha sostenido que las consecuencias sanitarias de esta situación se verán a largo plazo, y ha alertado de la incidencia en los colectivos más vulnerables como son la población infantil y los ancianos, especialmente los dependientes.

Las altas tasas de contaminación fecal

Uno de los datos más llamativos han sido las elevadas tasas de contaminación fecal, ya sea por las fuentes humanas como procedentes de las numerosas explotaciones ganaderas afectadas de ovejas, cabras y équidos, así como por los perros y gatos, de donde los microorganismos detectados tuvieron una alta capacidad como patógenos.

Contribuyeron a este grave problema de contaminación fecal las intensas oleadas de agua, que generaron arrastres masivos, así como la ruptura de tuberías de aguas residuales, la destrucción de las redes de canalización de desechos y la obstrucción de los sistemas de alcantarillado, todo lo cual propició numerosos episodios de gastroenteritis, enterocolitis y distintas variantes de diarrea y episodios de septicemia, según la catedrática de la UV.

Bargues ha puesto de manifiesto que las inundaciones son el desastre natural más frecuentes en el planeta, con el 40 por ciento de los totales en el mundo con más de 53.000 muertes solamente en la última década.

Pocos estudios sobre los efectos en la salud de las danas

A pesar de ello, ha incidido en que aún hoy apenas existen datos sobre los efectos que provocan en la salud de las personas "ni a corto ni a medio y largo plazo", por lo que uno de los objetivos a futuro es seguir estudiando cuál es la supervivencia de los agentes infecciosos y su capacidad de propagación.

Por su parte, el también catedrático Santiago Mas-Coma ha afirmado que la dana fue "un desastre sin precedentes, mucho peor que (el huracán) Katrina" y ha señalado que coincidieron tormentas devastadoras, aparato eléctrico, granizo y un vendabal con precipitaciones de hasta 770 litros por metro cuadrado en puntos como Mas de Calabarra (Valencia).

Ha señalado que hay aspectos de salud pública aún por esclarecer, por ejemplo que días después de la riada apareció, por ejemplo en Chiva, "una especie de niebla con polvillo blanco" que provocaba irritación en la garganta, y ha añadido que este fenómeno se observó unas jornadas más tarde en el Reino Unido y después en Estados Unidos, sin que se sepa el motivo y la relación entre los tres puntos del planeta.

Mas-Coma ha alertado de que una de la prioridades que preocupan a los expertos es evitar que la malaria, erradicada de la Albufera hace años, no se vuelva a presentar en este espacio natural sobre todo porque sigue existiendo en el Delta del Ebro y hubo voluntarios procedentes de esa parte del Mediterráneo, que pudieron traer el mosquito en sus vehículos.

Del mismo modo, el experto ha lamentado que el mensaje Es-Alart fuera enviado demasiado tarde, a las 20.11 horas, cuando Japón había avisado la víspera a sus ciudadanos en la zona y la UV había dado orden de evacuar al mediodía, y ha señalado que los vehículos, especialmente los eléctricos porque las baterías eléctricas se colapsaron por el agua, se convirtieron "en ataúdes flotantes".