Viajes

La espectacular montaña agujereada que se encuentra a orillas del Mar Mediterráneo

Enclavada, majestuosa, frente al mar, es un antiguo refugio de bandoleros

Imagen del conocido como Forat (agujero en castellano) de Bernia
Imagen del conocido como Forat (agujero en castellano) de BerniaLa Razón

Frontera natural entre las dos Marinas, la Sierra de Bèrnia, en la provincia de Alicante, es uno de los monumentos naturales imprescindibles para aquellos amantes de la montaña o simplemente para los que quieran disfrutar de una agradable mañana senderista y disfrutar de una espectacular vista sobre el mar Mediterráneo.

Enclavada, majestuosa, frente al mar, antiguo refugio de bandoleros -de ahí que se la conozca también como Sierra de los bandoleros- la de Bèrnia es una montaña que sorprende a cada paso, repleta de espectáculos obrados por la naturaleza, como el famoso agujero, que actúa como túnel entre las dos caras de la montaña.

Atravesar el “Forat” implica pasar de un mundo a otro. De la ladera norte de la montaña, sombreada, sin apenas vegetación y con una fina capa de niebla durante todo el trayecto, a la sur, desde la que se puede observar el mar, una parte soleada, llena de flora y -afortunadamente- con grandes piedras en las que poder descansar -en este punto de la ruta ya será necesario sentarse y beber un poco de agua-.

Pero vayamos por partes. La ruta circular de la Sierra del Forat de Bèrnia parte de las Casas de Bèrnia, una pequeña pedanía perteneciente a la población de Xaló. Junto a las Casas de Bèrnia se encuentra una zona de aparcamiento y un panel con un mapa de la ruta. Para realizar la ruta circular del Forat de Bèrnia habrá que seguir el sendero PR-CV 7 hacia la izquierda, en dirección a El Forat.

En esta primera parte de la ruta un cómodo camino de tierra nos aproxima poco a poco a los grandes paredones de la sierra, hasta llegar a la Font de Bèrnia, donde brota un hilillo de agua.

Desde allí, por la cara norte de la sierra, se accede hasta el Forat. En esta parte hay algunos tramos bastante pedregosos, no te despistes (y por supuesto, calzado de montaña).

Como mencionábamos, tras atravesar el estrecho túnel -toca agacharse para pasar a través de él- se llega a uno de los puntos más bonitos de la ruta. Siéntate en una de las grandes piedras y disfruta de las vistas hacia la Bahía de Altea, del perfil de la Serra Gelada y, más a la derecha, del Puig Campana y la Sierra de Aitana.

Desde allí, siguiendo la impresionante sierra calcárea a lo largo de la cara sur (el suelo que pisas en esta parte estaba bajo el mar de Tethys hace millones de años) se llega hasta el Fort de Bèrnia (Fuerte de Bernia), una construcción militar del siglo XVI, auténtica joya del patrimonio valenciano. Esta fortaleza militar fue construida en el año 1562 por orden de Felipe II. El encargado de dirigir las obras fue el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli; el mismo que, unos años más tarde, levantaría la presa del Pantano de Tibi.

El fuerte pretendía, por una parte, tener un papel disuasorio frente a las posibles revueltas de la población morisca de la época. Además, en menor medida, se utilizaba como defensa frente a los ataques de piratas berberiscos, habituales en la época.

Es por eso que, cuando en el año 1609 se decreta la expulsión de los moriscos, el Fuerte de Bèrnia pierde su principal utilidad. Así, en 1613, la fortaleza se desmantela por orden de Felipe III.

Muy cerca del fuerte, encontramos la Font del Fort (Fuente del Fuerte), de la que mana un hilillo de agua, según hayan sido las lluvias de la temporada.

Desde la fortaleza, se cruza el Coll de Xaló (Cuello de Xaló) para regresar al caserío desde donde se inicia la ruta.

En total la ruta circular consta de unos 9 kilómetros y es de dificultad media, aunque algunos de los tramos son bastante escarpados.

Bèrnia, la Sierra de los Bandoleros

Durante el siglo XIX, era habitual la presencia de bandoleros en la Marina Alta, los cuales se dedicaban a asaltar los transportes y atemorizar a la población. En la Sierra de Bèrnia encontramos varios topónimos que hacen referencia a este fenómeno. Para empezar, en el barranco o paso del Mascarat ―barrera natural que supuso un bloqueo para las comunicaciones durante muchos años―, era habitual la presencia de uno de estos bandoleros, el cual finalmente acabó dando nombre al desfiladero. Otra referencia la encontramos en el llamado Passet dels Bandolers, en el extremo oeste de la sierra.