Economía
La pérdida de poder adquisitivo de los valencianos marca el futuro de los comercios
El año se presenta marcado por la inflación y las subidas de tipos de interés
Si el año pasado fue complicado, este en el que nos encontramos no pinta mucho mejor, si bien es cierto que existen algunos factores que invitan al optimismo. Esta es alguna de las conclusiones del informe sobre la situación y perspectivas del comercio minorista en 2023 que ha presentado Cámara Valencia.
La incertidumbre económica y la subido de precios y de tipos de interés marcarán el ejercicio para el comercio, en un año en el que los españoles han perdido el 9 por ciento de su poder de compra.
En concreto, este deterioro del poder de compra lo sufrirá en mayor grado la población de rentas bajas, dado que son las que más se ven afectadas por el aumento del precio de los alimentos, cuyo peso en la cesta de la compra es mayor.
Los tipos de interés seguirán al alza a lo largo del presente año, y podrán situarse en niveles cercanos al 4 % si las tasas de inflación en la zona euro no descienden.
Ello supone mayores gastos financieros, tanto para las empresas como para los consumidores, especialmente para los que tengan préstamos e hipotecas y, por tanto, una menor propensión al gasto.
Ambos factores incidirán sobre todo en las decisiones de compra de bienes duraderos o que impliquen mayor esfuerzo o financiación adicional, como los automóviles o la realización de reformas integrales en viviendas, y esas decisiones pueden verse demoradas.
Sin embargo, los expertos apuntan que también existen factores favorables para que el consumo siga creciendo, aunque a menor ritmo moderado, como el hecho de que el mercado laboral, y por tanto la masa salarial, mantendrá un comportamiento estable, lo que favorecerá la confianza de los consumidores.
La recuperación del turismo internacional se mantendrá en 2023, sin alcanzar los niveles previos a la pandemia por el encarecimiento de bienes y servicios y la incertidumbre de la situación geopolítica.
Asimismo, el turismo nacional mantendrá un notable dinamismo, tal y como han reflejado los datos de Semana Santa en abril, incluso a pesar del aumento de los precios hoteleros.
Así, ante un dinamismo muy moderado de la demanda de consumo, una inflación al alza y mayores costes laborales y de financiación, el comercio minorista deberá apostar por incrementar la eficiencia y productividad que le permita mantener o ampliar los márgenes comerciales.
Aspectos como la digitalización, el ahorro energético, la sostenibilidad o la multicanalidad son imprescindibles para estas empresas, con independencia del tamaño y la actividad comercial que lleven a cabo.
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