DANA
Rescate "in extremis" en la A-3: las horas que lo cambiaron todo
De no ser por la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad, el número de víctimas habría sido mucho mayor
Autovía A-3, la principal arteria de comunicación entre Madrid y Valencia por carretera. Salida 322, a la altura de la localidad de Chiva, una de las más afectadas por la DANA. Es la tarde del 29 de octubre, el río Magro campa a sus anchas, el carril dirección Valencia prácticamente no existe, en el contrario, unos cuantos vehículos permanecen a la deriva, con la altura del agua peligrosamente elevada, y sin saber cómo actuar.
Una patrulla del grupo número 3 de los GRS de la Guardia Civil de Valencia se dirige a Utiel para atender la emergencia de una población que a esas horas está ya completamente anegada. Pero en vista del peligro que corren los ocupantes de los vehículos, se detienen para rescatarlos.
Fueron siete las personas que sacaron de aquellos coches. Uno de ellos un señor octogenario que, sin lugar a dudas, no podría haber escapado de la situación sin la ayuda de este equipo de rescate. Otro de los recuperados era un hombre joven, fuerte, pero se encontraba en estado de «shock».
De hecho, una vez sacado del agua y puesto a salvo en un camión, quería volver a su coche y tuvo que ser contenido por los guardias para que permaneciera en lugar seguro.
Fueron siete vidas que, con una alta probabilidad, se habrían sumado a la trágica lista de víctimas de no ser por la intervención de los agentes. Personas que nunca sabrán quienes fueron sus héroes, pero sí recordarán que alguien arriesgó su vida por ellos. Aquellas fueron las horas en las que la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad evitaron que la tragedia fuera aún mayor.
Se habla mucho de las víctimas, de las grandes perdidas, pero no se puede olvidar que podríamos estar hablando de un número todavía mayor de no ser por la valiente actuación de los efectivos de seguridad que, arriesgando sus propias vidas, lo cambiaron todo, evitando que las perdidas fueran aún mayores.
«En esos momentos no tienes percepción del peligro, solo ves personas a las que tienes que rescatar», explica uno de estos agentes.
Tras poner a salvo a los ocupantes de los vehículos, llegaron dos camiones de la UME que pudieron trasladarles hasta Utiel. Una vez allí, la estampa era todavía más conmovedora. En las horas más complicadas, agricultores con palas y tractores intentaban ayudar a las personas que se encontraban en una complicada situación. Una vez más, ellos, los héroes del campo, también salían al rescate, como hicieron también durante la pandemia para desinfectar todas nuestras calles.
Los agentes del grupo de los GRS pudieron cambiarse ropa en el Parque de Bomberos de Utiel, para seguir ayudando a los habitantes de la localidad.
Desde aquel día, esta y otras patrullas, trabajan sin descanso, en turnos de doce horas, ayudando en aquello que se les solicita. Detener a los desalmados que recurrieron al pillaje durante las primeras noches, es una de sus tareas, pero realizan muchas más. Todo sea por que esta pesadilla acabe lo antes posible.
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