
Un año de la tragedia
Superviviente del incendio de Campanar: «Tengo pesadillas en las que estoy rodeado de humo»
José Luis y su mujer vivían en el edificio incendiado, hoy lo hacen en un piso de alquiler cerca de su antigua casa

«Hasta con el trauma te acostumbras a vivir». Son las palabras de José Luis Más, médico jubilado, víctima del ya conocido como incendio de Campanar que hoy hace un año acabó con la vida de diez personas y marcó para siempre la de todos los vecinos del inmueble. La tarde del jueves 22 de febrero del año pasado José Luis estaba viendo un partido de tenis en la tele. Iba en pijama, era una tarde tranquila, y nada hacía presagiar que en tres minutos tendría que salir corriendo por unas escaleras inundadas de humo.
«Todavía tengo pesadillas en las que me veo atrapado en un coche, o en una habitación, repleta de humo, y no puedo salir», relata. El tratamiento psicológico que están siguiendo, tanto él como su mujer, ayuda, pero no hace milagros.
«Entiendo perfectamente a las víctimas de la dana, son situaciones de estrés que nunca se van a olvidar y que marcan para siempre». Tras la tragedia, José Luis y su mujer vivieron cerca de un mes en el edificio habilitado por el Ayuntamiento de Valencia en el barrio de Safranar. Desde aquel refugio seguro, lograron recomponer un poco sus vidas. Alquilaron un piso cerca de su antigua casa, en el barrio de Campanar, por el que pagan más de 1.200 euros al mes. «Los precios son desorbitados», señala.
Se han acostumbrado a vivir con la idea de la temporalidad. No compran nada nuevo, puesto que todavía no están en la que consideran su casa.
Ilusión en el futuro
Pero tras meses llenos de angustia, empiezan a ver la luz. Con el desescombro del edificio finalizado y el proyecto de rehabilitación acabado, solo falta ponerlo en marcha. «Será un año o más, pero tenemos ilusión».
No les da miedo volver al mismo sitio en el que vivieron aquel infierno. A pesar de todo, sigue siendo su casa. «Va a ser un piso nuevo, con las mejores calidades y la máxima seguridad, lo único que se mantiene es la distribución. Va a ser el edificio más seguro de Valencia, va a tener más escaleras y la fachada será de cerámica incombustible. Ya lo único que me puede pasar es que me caiga un rayo», bromea.
Porque ahora ya pueden empezar a bromear. Los vecinos de aquel fatídico edificio, constituidos en asociación de víctimas, han compartido una odisea que les ha convertido en familia. «Cuando volvamos todo va a ser muy distinto, antes éramos vecinos, ahora somos mucho más, una pequeña familia, cada vez que nos vemos nos abrazamos».
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