
San Juan
Las tradiciones más locales para celebrar la noche de San Juan: de demonios a caracoles mágicos
Algunos municipios tienen costumbres poco ortodoxas para celebrar la llegada del verano, aquí te las contamos

Si la noche del lunes 23 de junio vas al pueblo de Canet d'en Berenguer y ves un demonio gigante, no te asustes. Si a medianoche lo ves ardiendo, entonces todo va bien, se está produciendo el acto de purificación del pueblo. Así celebran en este municipio valenciano la noche de San Juan, una quema a la que acompañan de música con dolçainas y fuegos artificiales.
Ahora, no es el único pueblo raro de la Comunitat Valenciana en celebrar la noche de San Juan. Hay tradiciones curiosas y que a más de uno le entraría el miedo. Te contamos algunas de las menos ortodoxas y conocidas.
En Jávea, por ejemplo, se suelen hacer hogueras como en cualquier otro municipio en la playa, pero aquí tienen el misticisimo muy arraigado y más allá de escribir y quemar papeles con malas experiencias escritas o miedos, luego hacen un círculo de sal alrededor de la hoguera. Sí, un círculo de sal que supuestamente protege de las malas energías a los participantes.
Si vamos al norte y en este caso al interior de Castellón, donde no hay mar también hay agua. Allí en algunos municipios se decoran fuentes y lavanderos con ramas, flores y cintas de colores en un rito de fertilidad y purificación que es una ofrenda al agua.
Este no es el único rito relacionado con el agua. En zonas como la Serranía, el Alto Palancia o el Rincón de Ademuz, la gente cree que si te lavas la cara a medianoche con agua recogida de siete fuentes distintas, te conservarás joven y sano todo el año.
En otros pueblos como Almoradí, Sueca o Algemesí también se usa el agua, pero con alimentos. En este caso se deja un huevo crudo en un vaso de agua al aire libre toda la noche del 23 al 24 de junio. Al amanecer, se dice que la clara forma figuras que revelan el futuro de quien lo haya puesto, desde amor, trabajo o la muerte incluso.
Saliendo ya del agua, en otros municipios se asocia con el amor. En pueblos como Morella o Montanejos, las chicas jóvenes caminaban descalzas buscando plantas como el romero para hacer el ramo de San Juan, que se guardaba bajo la almohada soñando con su futuro marido. Si el sueño no revelaba ningún rostro, se lanzaba al fuego el ramo, en espera de otro año.
En otros municipios como Llíra, Ontinyent o Bocairent, la superstición es más raro todavía. Algunas mujeres colocaban un espejo frente a una vela blanca, y justo a medianoche miraban fijamente al espejo. Según la tradición, ahí podría aparecer el rostro de su alma gemela o un mal presagio si aparecía algo turbio.
Una creencia extraña en algunas aldeas de Castellón era que si alguien caminaba alrededor de una iglesia en sentido contrario con una vela encendida durante la noche de San Juan, podría ver espíritus o hablar con los muertos. Este tipo de práctica se ha ido perdiendo, pero queda en relatos de ancianos.
Igualmente está la tradición casi perdida en pueblos de la comarca de El Maestrat en vez de hogueras con madera, se hacían pequeñas fogatas con ramos de tomillo, espliego o romero, que se creía limpiaban el hogar y espantaban enfermedades y malos espíritus si se saltaba sobre ellas.
Por último, en Torrevieja, Guardamar del Segura, Santa Pola, algunos niños y ancianos bajaban a la playa a buscar caracoles y conchas específicas que, según decían, solo aparecían en San Juan y traían suerte si se guardaban bajo la almohada.
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