Opinión
Sí a la unidad, sí a la democracia, sí a la Constitución Española
A los españoles nos unen muchísimas más cosas de las que nos separan. No tenemos que dejar que nadie nos haga creer lo contrario
El 6 de diciembre de 1978, los españoles participaron en un referéndum crucial para decidir la aprobación de la que hoy es nuestra Carta Magna. La pregunta era clara: ¿Aprueba el proyecto de Constitución? El 88,5% de los votantes dijeron ‘Sí’. Cifras que lo dicen todo. Un apoyo rotundo que marcó el inicio de una nueva era en España. Una era en la que el pueblo decidió abrazar los valores democráticos y establecer un marco legal que garantizara los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
Sin duda, este hecho fue nuestro gran impulso en un momento histórico importantísimo. La Constitución se convirtió en la hoja de ruta que nos ha llevado hasta aquí. Hoy, continúa siendo la madre de todas las leyes, la garante de la igualdad, de la justicia, de la pluralidad y de la convivencia. Es la ley que nació de todas y todos, desde el diálogo y el consenso, para representarnos. De los españoles para los españoles.
Este miércoles, celebramos que la unidad hace la fuerza; que gracias al consenso y a la altura de miras de la sociedad española, somos un país moderno; que nuestra Carta Magna continúa estando vigente y continuará velando por nuestra democracia. Porque los padres de la Constitución ya consensuaron un texto que daba respuesta a aquellos tiempos, que da respuesta a los actuales tiempos y que, a buen seguro, dará respuesta a los tiempos que vendrán.
Los constitucionalistas lo tenemos claro. La defendemos y la defenderemos sin fisuras. Por eso, cuando la atacan o la desprecian, salimos a la calle a decir alto y claro que la Constitución Española se cuida y se respeta. No nos quedaremos nunca de brazos cruzados si se juega con nuestro pilar fundamental de convivencia y estabilidad.
En estos 45 años, España ha experimentado una gran transformación. Hemos dado pasos de gigante. Un progreso económico y social admirable sustentado en el esfuerzo de todo un país. Nadie lo discute. Que se lo preguntan a nuestros padres y abuelos. Es para sentirse orgulloso. A los españoles nos unen muchísimas más cosas de las que nos separan. No tenemos que dejar que nadie nos haga creer lo contrario, por más que unos pocos se empeñen en poner obstáculos.
Las nuevas generaciones merecen la estabilidad que nosotros hemos tenido en las últimas décadas, y el aval y la protección para avanzar en todas las garantías tiene nombre propio: Constitución Española. Contra los que la cuestionan, hoy, como aquel 6 de diciembre de 1978, volvemos a decir ‘Sí’. Sin titubeos. Sin hipocresía y con la convicción de que la primera regla de cualquier gobernante tiene que ser el respeto y el acatamiento de la Carta Magna.
No se entiende de otro modo. Como representante público, pero también como valenciano y español, velaré siempre por su cumplimiento y la defenderé en pro de la igualdad y la justicia, de mejores servicios públicos, del progreso económico y social, de la protección “a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones”. Sí a la ley de todos, para todos.
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