
Competición deportiva
Valencia mira con cautela el posible retorno de la Copa América
El Ayuntamiento sabe que los neozelandeses son duros en la negociación pero consideran un acicate la renuncia de Barcelona

Las expectativas abiertas tras la constatación de que Barcelona no volverá a albergar la celebración de al Copa América de Vela, lejos de lanzar a la ciudad de Valencia a una carrera para conseguir a toda costa volver a ser sede del evento, han provocado en el Ayuntamiento de Valencia y sobre todo en su principal dirigente, la alcaldesa Catalá, una sensación de cautela.
En el Consistorio se muestran prudentes, aunque no niegan su interés por recuperar la celebración de un evento que, en 2007, puso a Valencia, si cabe, un poco más en el mapa, pero que cosechó también críticas por el coste económico que conllevó la celebración del evento, y por la pretendida herencia de la celebración de grandes eventos que algunos traducen en la llegada masiva de un turismo que comienza a resultar incómodo para la ciudad.
La alcaldesa Catalá sabe además que una hipotética negociación con los neozelandeses será dura porque las pretensiones de los organizadores son cada vez mayores. El Emirates Team New Zealand, bajo la batuta de Grant Dalton, no descarta incluso tener varias sedes regionales, aunque una evidencia prevalece sobre el resto y era la que ya esgrimía la entonces alcaldesa Barberá: «no hay un campo de regatas como Valencia».
La situación es delicada y la postura lógica es la que expresan desde el Ayuntamiento: cautela.
Pero tampoco hay que olvidar que los dirigentes populares siempre han sido proclives a reeditar un evento que se popularizó en España gracias a Valencia y que la posterior celebración en el Barcelona de Ada Collau y después de Jaume Collboni parecía acallar las críticas provenientes de la izquierda. Además, la entonces líder de la oposición municipal, María José Catalá, criticó en su día que la Valencia de Joan Ribó hubiera perdido la oportunidad de reeditar el evento.
Quizá por ello, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón mostró el miércoles un entusiasmo que la primera edil modula. Como alcaldesa mirará el ejemplo de Barcelona donde prácticamente nadie oculta desde el minuto después de que los neozelandeses se alzaran con la Jarra de las Cien Guineas, que el negocio no había salido como se esperaban.
La prueba realizada en la ciudad condal añade además otra cuestión clave. El Gobierno central invirtió 18 millones, por lo que tanto desde el Ayuntamiento como desde la Generalitat exigirán una implicación similar si la Copa vuelve a Valencia.
Por su parte, el sector empresarial valenciano se manifestó nuevamente favorable a que la Copa del América regrese. Argumentan el impacto económico de su celebración, el refuerzo de la marca de la ciudad a nivel internacional, la atracción de inversión y el incremento de un turismo de calidad.
La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), que preside Vicente Boluda y aglutina a 180 destacados empresarios, considera que se perdió la oportunidad de reeditar la Copa del América en Valencia -ciudad que acogió su 32 y 33 edición en 2007 y 2010, respectivamente- y eso fue «un error».
Boluda, afirmó que el mundo empresarial «siempre ha apoyado» la reedición del evento y algunos estaban dispuestos a apoyarlo económicamente, pero nunca se les dio opción «porque se cerraron en banda».
En su opinión, cuando se trata de eventos de dicha magnitud, deben abandonarse posicionamientos ideológicos y pensar en el beneficio del conjunto de la sociedad.
Y pese a la negativa expresada desde el Ayuntamiento de Barcelona, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, advirtió de que la patronal «luchará con todas sus fuerzas» para que la Copa del América se quede en Barcelona , «donde debe estar y de donde nunca debería irse. Caiga quien caiga y pase lo que pase», recoge EFE.
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