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Tradiciones

Valencia pierde su Santo Cáliz

La joya que se custodia en la Catedral de Valencia viaja a Aragón

El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia La Razón

El Santo Cáliz que se venera en la Catedral de Valencia desde el siglo XV realizará una salida extraordinaria mañana, martes, y este miércoles, a Aragón, donde será acogido en dos enclaves de gran valor espiritual e histórico: el Monasterio de San Juan de la Peña y la Catedral de Jaca.

La principal reliquia de la cristiandad viajará como parte de los actos conmemorativos del 75 Aniversario de la Real Hermandad de San Juan de la Peña. El canónigo celador del Santo Cáliz, Álvaro Almenar, afirma que se trata de “un acontecimiento muy importante, excepcional, de hermanamiento, que además une a la Comunidad Valenciana con Aragón. El monasterio de San Juan de la Peña, donde la reliquia estuvo custodiada 350 años, es un lugar de referencia también para nosotros. Y que vuelva allí, es un momento también de oración y de encuentro”.

Este martes, está prevista la llegada del Santo Cáliz al Monasterio de San Juan de la Peña a las 11:45 horas. Allí será recibido por las autoridades civiles y eclesiásticas, y los fieles participantes, y a las 12 horas se celebrará una Misa Solemne. A partir de ahí habrá un tiempo para la contemplación y turnos de vela.

Por la tarde, la reliquia será trasladada a la Catedral de Jaca, donde será recibida a las 20 horas y en procesión será ubicado en el Altar Mayor. A las 21 horas, tendrá lugar la actuación de los grupos de la diócesis “Cantamos al Señor de la Última Cena”.

Al día siguiente, miércoles 16 de julio, se celebrará misa a las 9 horas; la Hora Santa con Exposición del Santísimo, a las 10:30 horas, y a las 11:30 horas habrá un tiempo de veneración personal, ofrenda y oración para parroquias y grupos de la diócesis.

Por la tarde, a las 17 horas, será la celebración solemne de la Eucaristía, tras la que el Santo Cáliz será llevado en procesión desde el Altar Mayor al Atrio de la Catedral y a las 18 horas tendrá lugar la despedida.

En su recorrido hasta Aragón, la reliquia, que es única, será trasladada con todas las medidas de seguridad, y será acompañada por canónigos y por miembros de la Cofradía del Santo Cáliz y de la Hermandad. “Hay todo un protocolo establecido que va a permitir que la gente pueda ver y estar cerca del Santo Cáliz pero también -como no puede ser de otra manera- garantizar la seguridad por ser la pieza tan única que es”, apunta Almenar.

La Diócesis de Jaca y la Real Hermandad de San Juan de la Peña han expresado su inmensa alegría y agradecen la acogida por parte del Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, por el Cabildo y su canónigo celador del Santo Cáliz, por la Cofradía del Santo Cáliz de la Cena del Señor y la Real Hermandad del Santo Cáliz de Valencia. Gracias a ellos, la solicitud se transformó en el permiso de la Archidiócesis de Valencia y de su Cabildo Metropolitano.

El Hermano mayor de la Real Hermandad de San Juan de la Peña, Félix Longás, afirma que “esta visita representa el regreso del Santo Cáliz al lugar que, junto a la Catedral de Valencia, ha sido el más relevante de su custodia». San Juan de la Peña y la roca que lo alberga, en el año mil, escondió el símbolo cristiano más valioso: el Cáliz de la Última Cena. El Santo Cáliz salió también de forma excepcional a Aragón en 1954 y en 1994 en similares visitas.

Pero también, entre sus salidas extraordinarias, la reliquia visitó la población valenciana de Carlet en septiembre de 2016, donde estuvo oculto entre 1937 y 1938. El motivo fue la celebración del Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Misericordia.

Como recuerda Álvaro Almenar, el Santo Cáliz “es una pieza importantísima que necesita una custodia y la Catedral de Valencia la viene haciendo desde 1437. Por eso, “nunca sacamos la reliquia, solamente para la fiesta del Santo Cáliz, para el Jueves Santo, que lo llevamos al altar mayor”.

“En ocasiones muy puntuales se permiten estas salidas, y ahora se hará para acompañar a nuestros hermanos de Aragón, que también tienen esta vinculación histórica con el Santo Cáliz, sobre todo en el monasterio de San Juan de la Peña”. Por eso, el cabildo de la Catedral, con también el permiso del Arzobispado, hará esta excepción “de sacar la reliquia del Santo Cáliz, como ya lo hizo otras veces, para que pueda ir a ese lugar histórico”.

Año Jubilar

La salida extraordinaria del Santo Cáliz a Aragón este mes de julio tiene lugar, precisamente, meses antes del Año Jubilar del Santo Cáliz que se abrirá el último jueves de Octubre de 2025 en la archidiócesis de Valencia. Será el tercer Año Jubilar del Santo Cáliz. En 2015, el Papa Francisco concedió a Valencia la celebración del Año Santo Jubilar, que se repite cada cinco años convirtiendo así a Valencia en una de las ciudades santas del mundo.

“A partir de enero, cuando acabe el Año Jubilar de la Esperanza, empezaremos a invitar a grupos y entidades a que vengan a la Catedral para peregrinar por el Año Jubilar del Santo Cáliz”.

Historia del recorrido del Santo Cáliz

El Santo Cáliz llegó a España por medio del diácono del Papa Sixto II, Lorenzo, que lo envió a su pueblo natal Loreto, cercano a Huesca. De aquí por la presión de la invasión musulmana fue trasladado a diferentes lugares del Pirineo Aragonés, como Yebra, San Pedro de Siresa, San Adrián de Sasabe o Bailo, hasta que a mediados del S. XI fue llevado a Jaca, donde su Obispo Acisclo lo entregó al Monasterio de San Juan de la Peña, permaneciendo allí 350 años.

El rey Martín “El Humano” quiso tenerlo con él en Zaragoza y, posteriormente, lo trasladó a Barcelona, desde donde Alfonso V “El Magnánimo” lo entregó a la Catedral de Valencia en 1437.

Según Antonio Beltrán, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza, la copa del Santo Cáliz es de los siglos IV antes de Cristo y con más seguridad de los siglos II-I antes de la era y fue labrado en un taller de Egipto, Siria o la propia Palestina. Es de cornalina oriental, piedra fina de color rojo oscuro.

Las distintas piezas de orfebrería, como las asas y la naveta, se añadieron seguramente en el propio Monasterio de San Juan de la Peña, donde fueron montadas por un orfebre de origen francés a principios del siglo XIV.