Opinión. A través del espejo
Valencia y la semana laboral de cuatro días, ¿se nos han olvidado los colegios?
Si los mayores se merecen más días de descanso, un debate serio debería ir unido a cambios en la jornada escolar
En Valencia mañana será menos lunes. Volverá a ser fiesta en la capital. Como todos los años, al lunes de Pascua le seguirá el de Sant Vicent, pero al siguiente, y eso no es lo normal, será otra vez festivo. ¿Por qué? Porque el alcalde de Valencia, Joan Ribó, se ha propuesto hacer del «cap i casal» la primera ciudad que pruebe durante un mes qué ocurriría si se aplicase la jornada laboral de cuatro días.
El experimento, en mi opinión, se ha convertido en parte de la campaña electoral en la que estamos. No hace falta más que echar un vistazo a las redes sociales donde todo Compromís hace colección de titulares presumiendo de la visibilidad que les está dando este asunto.
Pero más allá de esto hay algo que me ronda todos estos días en la cabeza. No he oído ni leído a nadie, y le he puesto interés, que hable de si los colegios tendrían que ir pensando en la jornada de cuatro días. ¿Es que sería demasiado complicado? ¿O es que los niños no tienen derecho a disfrutar de más tiempo de ocio?
La falta de conciliación familiar ha alargado sus jornadas, pero también la obsesión por que sepan más inglés, aprendan música o sean grandes futbolistas han transformado las tardes de pan con chocolate en un "tour" de extraescolares.
¿No se merecen más descanso como los adultos?
No sé si pensar que todo esto es un paripé o algo peor, que en el país donde en pandemia abrieron antes los bares que los colegios y los parques infantiles se han vuelto a olvidar de ellos y, curiosamente, a meses de una campaña electoral donde ellos no votan.
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