Maurizio Cattelan lo ha vuelto a hacer. El artista de la provocación, al que sustrajeron un inodoro de oro en el mes de septiembre, váter que formaba parte de una exposición, se podía utilizar y cuyo robo provocó una inundación en el museo en que se exhibía (porque estaba en funcionamiento) no deja la mente quieta. Según recoge “The Art newspaper” ha vuelto a una feria de arte. Lo ha hecho en Art Basel Miami, un escaparate de lo más vistoso para comprobar la temperatura artística.

Hace 15 años que no se prodigaba en este tipo de citas y ha decidido, pensamos, hacerlo a lo grande y no con una obra común. El artista, en su reflexión sobre el valor que damos los objetos, ha sorprendido a los visitantes del stand de la galería Perrotin con una obra singular. Se trata de un plátano que está adherido a una de las paredes con cinta adhesiva de color gris. La obra, que parte de esta idea reflexiva del artista, se vende. Y puede ser, sin duda, la banana (¿o es un plátano?) más cara de la historia, pues puede ser suya por 120.000 dólares (poco más de 133.000 euros).

Si la obra lleva por título “Comedia” y Cattelan la adquirió en un mercado local de Miami. En un principio barajó la idea de crear la fruta con diferentes materiales, entre los que incluía la resina o el bronce. Sin embargo, posteriormente optó porque fuese un alimento real, como había pensado en un principio. Las primeras dudas han surgido ya sobre el momento en que el plátano empiece a estropearse. Será entonces cuando se tome una decisión sobre el futuro de la obra. Cabe preguntarse si periódicamente el creador lo renovará o si el valor de la pieza se incrementará a medida que la obra vaya cambiando de color.

No es esta la primera vez en que Cattelan se decide por elevar una banana a la categoría artística (quizá le haya inspirado Warhol, solo quizá), pues cuando la revista “New York Magazine” encargó una portada a diferentes artistas (desde Alex Katz y Shirin Neshat a Yoko Ono, pasando por Tiravanija o Lee Quiñones y Roberto Longo) con motivo de su cincuenta aniversario, optó por una pintar un plátano pegado con una cinta adhesiva de color rojo. Es decir, que ha retomado una idea suya, de hace un par de años. La diferencia, además del color del papel celo es que la fruta, si está pintada, no se pone fea.