Buscar Iniciar sesión

La colección particular más importante de objetos de John Fitzgerald Kennedy, a subasta

Incluye un importante conjunto de fotografías así como objetos personales, desde como corbatas o un corsé, de quien fuera el 35 presidente de Estados Unidos
larazonKennedy familia

Creada:

Última actualización:

Cuando JFK fue asesinado en Dallas Ronnie Paloger tenía 13 años. Lo que vio, con esos ojos de niño, se le quedó grabado. Imposible olvidarlo. Aunque no le obsesionó siempre estuvo rondándole en la cabeza. Tiempo más tarde, cuando ya había conseguido reunir una importante colección de objetos de Cassius Clay, que al cabo terminó por vender, y una vez jubilado, se acordó de aquella imagen. Tardó cinco años en reunir la apabullante colección que ahora se vende y que perteneció al que fuera 35 presidente de Estados Unidos, pero lo hizo. La cifra que podría llegar a alcanzar ronda el 1,3 millones de euros.
“Este conjunto de objetos cuentan la historia de JFK”, asegura Robert Livingstone a Associated Press, vicepresidente ejecutivo de la sala de subastas RR Auction, radicada en Boston, que mañana sacará estas piezas al martillo, para añadir que se trata de una colección digna de figurar en cualquier museo.
Ronnie Paloger, su hasta ahora dueño, fue representante de ventas dentro del ramo de la confección. Ahora, a sus 70 años, le duele decir, aunque confiesa que no tiene más remedio que hacerlo, que vende la colección “porque necesito dinero. Se me ha acabado y es de aquí de donde lo puedo sacar. Se va a convertir si se vende bien en mi fondo de jubilación”, asegura. El precio de salida de la colección se sitúa alrededor de los 1,3 millones de euros.
La muerte de Harold Marney
Entre este inmenso caudal de objetos, que incluyen una corbata de Kennedy, uno de los corsés que se veía obligado a utilizar por sus problemas de espalda o un par de acuarelas que llevan su firma estampada, Paloger destaca una pieza como favorita: una nota brevísima, escrita a mano de su puño y letras y que conserva una mancha de café y que JFK le escribió a su cuñado, el actor y miembros del denominado “Rat Pack”, Peter Lawford, y que deja relucir el sentido del humor de que hacía gala el presidente, quien firmó el guión del filme haciéndose pasar por el propio dueño de Metro Goldwyn Mayer, Louis B. Mayer.
Una de las piezas que tiene notable valor histórico es la misiva de tres páginas en que anuncia su candidatura a la presidencia (escrita a lápiz y con papel que lleva impreso el membrete del hotel North Ocean Boulevard, en Palm Beach, Florida), así como la correspondencia que intercambió con la madre de Harold Marney, que fue su compañero de tripulación del “PT 109” y que falleció cuando el barco fue embestido y hundido por los japoneses en 1943. La película narraba las hazañas de JFK cualquier fue oficial de la Marina de EE. UU. Durante la Segunda Guerra Mundial.
Las cartas están escritas a mano y son un testimonio desgarrador de los terribles momentos por los que atravesó la señora Marney ante la pérdida de su hijo: “Esta carta es para ofrecerle mi más sentido pésame por la pérdida de tu hijo”; “lamento mucho no poder ofrecerle la esperanza de que hubiera sobrevivido esa noche”. En la segunda escribe: “Desde el momento en que el destructor nos golpeó, Harold no vio ni escuchó nada más", confirmando así que su muerte fue instantánea y que no sufrió.
Junto con estas piezas se vende una imponente colección de fotografías, más de 400 negativos que conforman según la casa de subastas “el archivo históricamente más significativo de fotografías de JFK desde 1946 a 1953, en su mayoría imágenes inéditas”, quizá el periodo menos conocido fotográficamente del carismático líder, con lo que la adquisición del fondo vendría a cubrir una importante laguna.
También hay 49 negativos originales pertenecientes a la boda de John y Jacqueline Kennedy , así como imágenes de la pareja durante una visita al Hospital de Niños St. Justines en Montreal, así como un importante grupo de transparencias del presidente y su familia desde 1961 hasta 1963, así como imágenes más íntimas de la familia con sus hijos.
Una estampa familiar
Las imágenes tomadas en la casa de la familia Kennedy son un documento gráfico que revela cómo era el lado más íntimo del clan. Tomadas tanto en el interior de la casa de Bronxville, en Nueva York, como en el exterior, los hijos se arraciman alrededor de los padres. En la que se muestra en la sala de estar y que protagoniza, además, del grupo, una chimenea, todos están perfectamente colocados, miran a cámara y lucen sus impecables sonrisas. Los chicos llevan traje (el benjamin luce un atuendo marinero con zapatos bicolor y calcetín corto) mientras que las jóvenes todas llevan vestidos en tono claro. El patriarca está rodeado de cuatro de sus hijos, mientras que a la matriarca la arropan cinco.
JFK tenía 21 años cuando se tomó la primera de las fotografías y asistía a Harvard. Bachrach, que es quien tomó la imagen, fue uno de los retratistas más destacados de América del siglo XX. Según la casa de subastas se trata de “un retrato deslumbrante y cristalino de la mayor dinastía política familiar de Estados Unidos. La rareza de esta imagen es históricamente significativa, ya que se trata posiblemente del único retrato formal de esta calidad que hay en manos privadas, además de conservarse en un excelente estado”.

Archivado en: