Joan Jonas, la mujer que defiende los océanos por un pulpo
La artista neoyorquina hace una defensa de los mares con una muestra en la que alerta de su situación
Creada:
Última actualización:
Hay un punto de la tierra al que no ha llegado, por el momento, Erling Kagge: el fondo del mar. Pero como esto de la vida es una cuestión de complementarse, el coleccionista y explorador noruego encontró, ayer, a su mejor aliada en una octogenaria neoyorquina, Joan Jonas (EE UU, 1936). Si uno ha tocado el Norte, el Sur y la cima del Everest, la otra ha buceado hasta las profundidades marinas para mostrar una mitología creada a base de bocetos y notas propias con la que pretende el doble juego de fascinar y abordar la gravedad de la situación de los océanos. Es la esencia de la muestra que se presenta en el Museo Thyssen-Bornemisza, «Moving Off the Land II», y donde Jonas rinde homenaje «al océano y a sus criaturas, a la biodiversidad y a su frágil ecología», cuenta la comisaria Stefanie Hessler, que añade que se trata del «papel de los mares en las diferentes culturas a lo largo de la historia como referente espiritual y ecológico».
Acuarios reales y virtuales, dibujos, esculturas, espejos de cristal de Murano, instalaciones sonoras y proyecciones componen el corpus de una exposición encargada por TBA21-Academy en la que Jonas asegura «desarrollar una relación extraña con los peces. Me siento cercana aunque sea de mentira», confesaba durante la presentación. Han sido tres años de viajes y de investigación de un proyecto por el cual la artista ha ido recorriendo todos los acuarios de las ciudades que pisaba: «Entiendo que para muchos científicos sean sitios deprimentes, pero yo los entiendo como lugares en los que poder ver la vida marina, algo imposible de otra forma», reconocía esta «mujer chamán», como la llamaba Guillermo Solana, director artístico del museo. De estas peceras gigantes ha surgido la idea de crear una atmósfera que envuelva al visitante como si estuviera bajo el agua. Si bien el pulpo, dice, le ha fascinado, la artista recuerda cómo una sepia le miró a los ojos a través del cristal: «Lo sé a ciencia cierta. Esas criaturas te devuelven la mirada». Es el punto de complicidad al que ha llegado Jonas con un mundo del que ha intentado trasmitir «toda la belleza».
Salir de tierra firme
En palabras de Hessler, «se llama a salir de la tierra firme para adentrarnos en los océanos y en nuestra forma de pensar». Es un nuevo punto de vista de los océanos desde la «inteligencia artística», señalaba el director de TBA21-Academy, Markus Reymann. De esta forma, se combinan textos de Dickinson y Melville con imágenes filmadas en acuarios y en aguas de Jamaica. Además del diálogo que mantiene Jonas con el biólogo marino David Gruber, que ha compartido sus grabaciones subacuáticas. La muestra que ahora llega al Thyssen se presentó el año pasado en el Ocean Space de Venecia y se completará con una «performance» mañana en el Museo del Prado.