Galerías de arte en modo virtual
Sus contactos y ventas durante el confinamiento se han convertido en virtuales. La realidad on line de ser un elemento accesorio ha pasado a convertirse en clave. De hecho, varios espacios han optado por inaugurar así sus nuevas exposiciones
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Hacer de la necesidad virtud. Adaptarse a los nuevos tiempos. Reinventarse. Seguir adelante. Como un mantra las galerías de arte se han repetido que es necesario seguir estando ahí. Con las puertas cerradas y la mente abierta han tirado de imaginación y de los elementos que tiene a la mano para hacer frente a la pandemia y al cierre de sus establecimientos durante dos meses. Exposiciones clausuradas y artistas a la espera de que la tormenta pase y volver a retomar el pulso. En Madrid se preparaban desde hace días; sin embargo, al no cambiar de fase y continuar e la 0 aun hay que esperar un poco más. No obstante, la actividad no ha cesado y el ordenador se ha convertido en un elemento indispensable, clave, para encarar la nueva etapa. Tan es así que algunos galeristas han optado directamente por la vía on line para inaugurar. Es el caso de My Name’s Lolita Art, en la calle Almadén, muy cerca de la sede madrileña de Caixaforum.
Ramón García sabía que sí o sí la nueva muestra de Gonzalo Sicre, uno de los pata negra de la escudería, iba a ser virtual. O no sería. El sábado se celebró la apertura y ha ido, cuenta, bastante bien. «Hemos trabajado un montón. Para que el cliente pudiera trasladarse al espacio hemos trazado un recorrido virtual por la muestra de manera virtual. Se puede ver cómo está colgada y las obras que tenemos. Si se pincha en cada cuadro se agranda y se ven las características de la obra. Nunca habíamos montado nada igual porque siempre habían sido presenciales, pero era la única manera de poder abrir. Se ha realizado una reproducción exacta de la galería y se han colgado los cuadros a escuela. Hemos descubierto que para los clientes de fuera vendrá bien en futuras ocasiones. Hay que renovarse», comenta García Alcaraz, quien tendrá cerrado el espacio hasta el 26 de mayo. Las obras de Sicre, bajo el título de «El mapa infinito», guardan silencio y rezuman azules en sus cielos que nos ponen sobre la pista de Magritte. Lugares por donde camina una persona, pintados en apenas dos colores, verdes, grises y el omnipresente azul. Salvo el rojo de un sillón de terciopelo o la luz potente de una lámpara.
Una tirada de 666 ejemplares
La exposición de Juan Luis Moraza que colgaba den Espacio Mínimo en Madrid se quedó confinada y ahora la han retomado en esta nueva etapa. El artista ha hecho una tirada de 666 ejemplares de un billete que se venden a 100 euros con IVA especial incluido. «Y hemos vendido ya unos cuantos. Es, fundamentalmente, como recuerdo y un colofón a la muestra que se tuvo que interrumpir», comenta Luis Valverde, el 50 por ciento de la galería. Nadie sabe qué pasara mañana porque, como bien dice, «el futuro se escribe cada día y a cada hora. Si vemos que todo va tranquilo y sigue su curso tenemos dos exposiciones preparadas. Si se retrasa la vuelta por temas sanitarios regresaremos en septiembre con Diana Larrea. No queremos perjudicar a los artistas». Ellos han ido un paso más allá con la puesta en marcha de una tienda virtual con piezas de hasta 5.000 euros que tendrá su correspondiente en el espacio de la galería. Son conscientes de que están perdiendo dinero, pero prefieren hacerlo de una vez «y sin meter presión. Están ya trabajando dentro y se puede acudir previa cita. El peso on line se ha incrementado ahora exponencialmente: «Antes era una manera de ver la obra, de imagen de la galería y ahora ha venido para quedarse y va a ser bastante importante. Además, no requiere de una gran inversión».
En Sevilla, Rafael Ortiz tampoco ha descansado mucho. Las exposiciones virtuales se han convertido en fundamentales en la galería. Lo hizo tras el cierre por la pandemia con una de dibujos y la semana pasada inauguró «Nuevos cánones. Entre la escultura y la arquitectura», con artistas de la galería como Carmen Calvo, Eugenio Ampudia, Pérez Villalta, Dorothea von Elbe, Curro González, Miki Leal y Ángeles Marco, entre otros, «y la verdad es que nos ha sorprendido la respuesta del público. Estamos vendiendo algo, poco, pero se vende, y eso te hace una enorme ilusión porque no es el canal nuestro de ventas habitual, pero no hay otra manera», comenta el galerista. El jueves y viernes de esta semana abrirán dos horas por la tarde y la semana que viene ya lo harán de cara al público con la muestra que se quedó interrumpida de Daniel Verbis.
Hauser & Wirth, uno de los gigantes del mundo del galerismo, ha inaugurado también sede de manera virtual en Menorca desarrollada por su nueva división de investigación e innovación, ArtLab y que lleva por título «Beside Itself» [Fuera de sí]. El visitante puede así echar un primer vistazo a la sede, que abrirá sus puertas en 2021. Louise Bourgeois, Mark Bradford, Charles Gaines, Ellen Gallagher, Jenny Holzer, Roni Horn, Luchita Hurtado, Mike Kelley, Glenn Ligon, Damon McCarthy, Bruce Nauman, Lorna Simpson y Lawrence Weiner conforman este recorrido que abarca desde los años 70 hasta hoy.
«Estamos satisfechos de poder dar a conocer nuestra primera exposición . Muchas de las mejores innovaciones son impulsadas por la necesidad. Cuando creamos ArtLab y comenzamos a desarrollar la experiencia de la realidad virtual en el arte, nuestro objetivo principal era desarrollar tecnología que ayudara a nuestros artistas a visualizar los espacios donde presentarían su exposiciones», asegura Iwan Wirth, copresidente del espacio, que ya barajaba la idea de reducir viajes y planificar de otra manera las exposiciones. La pandemia ha acelerado el proceso, pues se trata de que «el máximo de personas pueda disfrutar de las exhibiciones de realidad virtual y así seguir encontrándonos».
Pérdidas de 25.000 euros
A pesar de las mejores intenciones, de la reinvención y de que las pantallas han tratado de paliar una situación complicada en el sector la procesión va por dentro. Como «un tsunami para el mercado del arte español» calificaba en un informe exhaustivo elaborado por el Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo la situación a la que se enfrentan estos espacios ahora, un presente con muchas nubes Los primeros síntomas se atisbaron en febrero. Esta edición de ARCO no sería como las anteriores. Según recoge el informe «el bajo número de ventas durante la feria, las bajas en la presencia de los coleccionistas que se esperaban, así como las cancelaciones de aquellas ventas postferia, prácticamente ya formalizadas o comprometidas, fueron los primeros síntomas de un panorama de déficit para las galerías de arte españolas, derivadas de alarma sanitaria, y que han generado un impacto negativo en las ventas de la edición de este año». Se vendió menos que otros años. Así lo han manifestado un 87,5%. Solamente un 12,5 mantuvo las ventas y ninguna de las galerías preguntadas consiguió hacerlo por encima de 2019.
Las pérdidas durante el mes de marzo han sido cuantiosas según este dossier que sitúa la media en 25.705 euros (es decir, lo que se invierte por espacio en un mes) y para cuyo cómputo se han barajado conceptos como la producción de la exposición inaugurada y que tuvo que ser cerrada por el estado de alarma, el transporte de las obras, el alquiler, los salarios de personal, seguridad social, impuesto de autónomos, impuestos municipales, parking, gastos financieros y bancarios, gastos de asesoría fiscal, cuotas de almacenamiento de obras, alarmas, seguros. Recordemos que un 72% de estos locales son alquilados. En cuanto al número de trabajadores el 83,7% tiene entre 1 y 5 empleados (de ellos el 24, 32% tiene 1 empleado, el 20,27% dos empleados, el 17,56% 3 empleados, y hasta un 10,81% 4 y 5 empleados). El 10,30% , entre 6 y 10 empleados; y el 2,7% entre 10 y 16. Ante esta situación algunos contemplan ya la posibilidad de reducir personal si no hay medidas de ayuda.