¡Déjense de amores románticos!
Tomás Pozzi y Tomás Cabané llevan al María Guerrero “Querido capricho” para desmitificar algunos sentimientos idílicos y darle valor a la palabra
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Dice Tomás Pozzi que teatralmente funcionaba muy bien cuando correteaba con una falda por el escenario con las piernas peludas. “La gente se reía y todo era una fiesta”. Sin embargo, eso era pisar sobre seguro y no hacer nada nuevo, así que el actor argentino le pidió a su tocayo Tomás Cabané que le hiciera algo diferente. Un papel de mujer, pero sin esos topicazos del travestismo mal entendido.
Así fue como nació el personaje de Amanda y, con ella, “Querido capricho”, el monólogo que estrenan en el Teatro María Guerrero el 20 de noviembre (en cartel, hasta el 13 de diciembre) y que se inicia sobre el escenario cuando la protagonista (Pozzi) decide encerrarse en su casa a esperar la llamada del chico del que se ha enamorado y que es veinte años más joven que ella. Una trama que bebe de “La voz humana”, de Jean Cocteau, y que busca desmitificar el amor romántico, dar valor a la palabra dada y el amor intergeneracional, y que, además, rinde homenaje “a las mujeres de mi vida, como mi madre y mi abuela”, explica el actor argentino: “Es fácil que uno se vea reflejado porque todos nos hemos enamorado y hemos estado esperando alguna vez esa llamada con intensidad”.
Pese a que la firma definitiva es de Cabané (también director), Pozzi también ha intervenido en la dramaturgia de la obra. Tanto como que fue él quien propuso al autor que escribiera una función en la que pudiera interpretar un personaje femenino: “Hay mucho de mí en este espectáculo. A pesar de interpretar a una mujer, hablo más de mí que nunca. Me siento liberado y a través de ella puedo decir lo que quiero sin ningún miedo. Me reconozco en sus palabras. Como el personaje, yo también confío, me enamoro de gente más joven, sigo creyendo en la palabra del otro... El encierro más grande es ese que te provoca alguien que te dice: mañana te llamo”.
Con el deseo de que el público se conmueva, director y actor, han querido romper con los mitos del amor romántico con una invitación a reflexionar sobre “nuestra forma de relacionarnos con la gente y de idealizar el amor”. Desandar el camino de las relaciones amorosas que marcan los personajes de Disney es uno de sus objetivos. “Nos han metido en la cabeza imágenes de la mujer que cuando se separa va a ir contra su pareja, va a darse a la bebida o va a tomarse un bote de pastillas, aquí no hay nada de eso. Simplemente está en casa, encerrada pensando, por qué sigue creyendo en fantasías”, explica Pozzi.
El título, ha señalado el director, tiene que ver con la idea de “liberarse, de buscar el amor desde otro lado menos constrictor”. El hecho de que un hombre se meta en la piel de una mujer es un juego con el que pretenden liberar “prejuicios”. “Es a las mujeres a las que todavía se las cuestiona si se enamoran de hombres más jóvenes” o si deciden no tener hijos más tarde, “se te va a pasar el arroz”, afirma el director. “A ellas se les transmiten más conceptos preconcebidos y de conducta”.