Sección patrocinada por sección patrocinada
Dave Johns y Alison Steadman protagonizan "23 paseos", de Paul Morrison, que se estrena el 15 de enero en cines

“23 paseos”: los sesenta son los nuevos veinte

Paul Morrison regresa con un filme sobre las segundas oportunidades, a medio camino entre la comedia romántica y el drama ante el colapso del Estado del bienestar

La senectud y, por consiguiente, la concepción social de la misma está en constante evolución. Ya nadie se sorprende cuando se afirma que los 40 son los nuevos 30 y, de repente, parece que los 60 son la etapa dorada de la existencia, con una estabilidad económica construida a base de esfuerzo y un aprendizaje vital que roza lo extraordinario. Pero, ¿qué pasa cuando falla alguna de las líneas del plan maestro? ¿Qué pasa cuando nos enfrentamos a un divorcio tardío o a la pérdida repentina de poder adquisitivo por ocuparnos de un familiar que nos necesita urgentemente? En “23 paseos”, el director inglés Paul Morrison (“Wondrous Oblivion”) intenta responder a estas preguntas y, de paso, erguirse como narrador del amor de invierno y de las siempre esquivas segundas oportunidades.

“Mi idea era sacar del armario el amor entre las personas mayores”, explica vehemente un Morrison que inserta así su filme en una tradición reciente de cintas y en las que podemos ubicar también a la “Gloria” de Sebastián Lelio o a “El exótico Hotel Marigold”. En su nuevo filme, seguimos la historia de Dave y Fern, dos dueños de sendos perros que, por casualidad, se encuentran cada día en un parque a las afueras de Londres. Entre ambos surgirá una historia, primero de amistad y luego de amor, que sufrirá un extraño golpe cuando se revele el incómodo secreto que guarda uno de ellos.

Sobre ese cine, de personas ancianas que se niegan a encajar en lo que la sociedad espera de ellos, el director responde: “Llevamos demasiado tiempo centrándonos en la juventud, aunque sean maravillosos y muy guapos todos. También hay belleza en la edad y en la experiencia, en ese esfuerzo por encontrar el amor a una cierta edad y a pesar de todas las decepciones que uno haya podido tener en el pasado. Y espero sinceramente que haya un público que pueda ver esto y se sienta emocionado por este tipo de historia de amor”.

...Y que le gusten los perros

Protagonizada por una veterana de la televisión sajona como Alison Steadman y Dave Johns, que viene de protagonizar uno de los últimos trabajos de Ken Loach (”Yo, Daniel Blake”), la película también explora los distintos dramas sociales que se asocian a la senectud (y a todas las generaciones en vertical) en una Gran Bretaña que nada en la incertidumbre tras décadas de prosperidad: “Desde Margaret Thatcher y desde que se instauró el capitalismo sangrante en Inglaterra, los problemas solo han ido a más. Creo que las preguntas hablan por sí solas. Mientras en España me preguntan por lo difícil que es el mundo para las personas mayores, con sus causas y consecuencias políticas, en Inglaterra estaríamos hablando de perros”, espeta irónico el director.

Morrison, que se inspiró para escribir la película en sus propias vivencias como dueño de Benji, un pastor alemán que le acompañó durante 16 años, explica que en esos paseos “se desarrolla una intimidad muy extraña, en la que conoces muchos detalles de la vida de una persona incluso antes de saber su nombre”. Quizá de ahí la pulsión documental de la película, que retrata a sus personajes en estancias poco iluminadas y con un maquillaje y vestuario más realista imposible: “Quería que los actores se sintieran cómodos y que la química surgiera de ellos en todo momento”.

Aunque los canes y su cuidado se lleven una parte del pastel temático, lo cierto es que en “23 paseos”, además de derribar tabúes sobre la sexualidad más explícita entre mayores, se asoman problemas como el de la vivienda, la dependencia o la pobreza más excluyente: “Encontrar casa en Reino Unido es un gran problema intergeneracional, porque el sistema del bienestar ha sido profundamente socavado”, responde el realizador antes de añadir: “Yo quería mostrar cómo un hombre que ha entregado su vida trabajando en el sistema público se puede encontrar, al final de su vida, sin nada. Aplaudimos en favor de los trabajadores del sistema público, pero no les pagamos. Es pura hipocresía”, remata.

En ese cine británico del día a día en el que se inscribe ahora Morrison y que considera olvidado en un país en el que “se hacen demasiadas películas sobre la Corona y la realeza”, cree el director que puede volver a hacerse grande solo si escucha los vientos de cambio y las nuevas tendencias de inclusión: “La clase trabajadora siempre está cambiando. Hay muchas películas en Inglaterra que proceden de la comunidad gay, de la comunidad negra o la asiática. Muchísimos realizadores que salen de allí y que amplían inequívocamente los horizontes”, explica. Y remata: “La solución también pasa por la generosidad. Lo que nos ha enseñado la COVID es la compasión y ahora hay que trasladarla a la clase política y hacer que lo entiendan”.