“Woke”: una sátira necesaria en estos tiempos ridículos
Andrew Doyle, que está detrás del seudónimo de Titania McGrath, escribe un delicioso libro que rompe con lo establecido por el nuevo puritanismo de la izquierda
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Lluís FERNÁNDEZ
Dos ideas se imponen al leer el libro satírico sobre la ideología «Woke» de Titania McGrath, pseudónimo del cómico inglés Andrew Doyle: el fin justifica los medios y la performatividad de género. La crítica burlona de las sandeces de Judith Butler sobre su teoría de la deconstrucción antiesencialista de la sexualidad incide en sus fundamentos mismos: «El género y el sexo son actuaciones, actos performativos que son modalidades del discurso autoritario». Otra delirante, Beatriz Preciado, le añade su toque «queer-arty»: «El género sería el efecto retroactivo de la repetición ritualizada de “performances”».
Resultado, el «turista de género», que va del endocrinólogo al cirujano en una deriva en busca del «estatuto ontológico» perdido y hallado imaginariamente en sucesivas «performances» trans con tal de hacer coincidir un cuerpo equivocado con un alma inexistente. ¡Toma ontología!
Para estos pirados de la política de la identidad –raza, género y sexo–, quienes osen oponerse a ella son lo peor. No comprenden que la biología está por encima de la ideología y que la realidad es un constructo cultural. Razón por la cual el acto performativo de John Austin, «decir algo es hacer algo», adquiere su pleno sentido. La fuerza del «enunciado performativo» es esa magia negra del acto del habla que por el hecho de enunciarse se realiza la acción enunciada. Craso error, porque el acto del habla solo lo hace en el enunciado, no fuera de él. Sin embargo, para el activismo «Woke» desear algo es un hecho real. Ejemplo clarificador de Titania: «A los sentimientos no les importan tus hechos. Si sientes que algo es verdad, entonces es verdad». Para ser activista «Woke», añade, «solo hay que añadir una bandera arcoíris a tu perfil o increpar a una persona mayor que no entiende lo que significa “no binario”, y ya estás mejorando el mundo», y «no te puedes considerar feminista si no te manifiestas por derechos que ya tienes».
La «lacra» de ser blanco
En esencia, se burla del heteropatriarcado, «of course», y de la blanquitud, esa lacra de ser blanco, hetero y binario. El corolario es tan certero como el panfleto feminazi de la ley de igualdad: «Solo alcanzaremos la verdadera igualdad cuando se valore más a las mujeres que a los hombres». La singularidad de «Woke» es que está escrito por antífrasis, dice lo contrario de lo que se piensa. Contra toda evidencia, se ha establecido la utopía woke. Y contra toda racionalidad se mantiene. Corolario: «Odiar a alguien por el color de su piel no es racista si esa persona es blanca».
▲ Lo mejor
Es uno de los «best-sellers» más divertidos del momento que pone en solfa las bobadas de género
▼ Lo peor
Lo mejor es lo peor. Solo una cita: «Si entretiene, es entretenimiento. Si ofende, es discurso del odio»