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Crítica de “Nunca volverá a nevar”: Yo, sanador de almas ★★★★☆

NOUCINEMART

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Dirección y guión: Małgorzata Szumowska y Michal Englert. Intérpretes: Alec Utgoff, Maja Ostaszewska. Polonia, 2020. Duración: 113 minutos. Drama.
Nació siete años después de que Chernóbil saltara por los contaminados aires, pero quién sabe si aquello fue, o no, lo que provocó que un misterioso y joven inmigrante ucraniano que se gana la vida dando masajes a domicilio en un barrio residencial acomodado situado a las afueras de Varsovia tenga, digamos, ciertos poderes especiales, y que sus manos sea capaces de sanar, y su mente, de mover objetos y espíritus a capricho. Lo saben las clientas que atiende, mujeres alienadas, fumadoras empedernidas, bebedoras por compulsión y aburrimiento; como aquella que en medio de las ruinas de una fiesta por el cumpleaños de su hija pequeña sigue bebiendo vodka.
Almas solitarias y frustradas cuyas parejas, cuando las tienen, no son capaces de llenarles el cuerpo ni la mente durate las frías, que no blancas, noches de invierno. Mujeres que comienzan a sentir deseo por ese chico que todos ignoran de dónde salió. Singularmente hipnótica, inquietante y desasosegadora, esta en apariencia inconexa historia nos adentra, a golpes de ciertos ruidos de fondo netamente lyncheanos, en ese orbe social cerrado a cal y canto de insatisfacciones, de celos, de traumas y alguna muerte anunciada mientras conocemos algo más sobre este poderoso personaje, sobre su propio dolor que, así es a veces la vida, él no puede remediar. Un adolescente y destacado alumno elabora anfetaminas junto con un amigo que luego prueba en los perros de la vecina; un enfermo de cáncer está dispuesto a hacer lo que sea para salvarse; una señora ya madura ve solo un punto en un cuadro lleno de círculos; un violento ex soldado parece a punto de confesar el mayor delito, todos encerrados en esa especie de burbuja inmobiliaria que los proteje y asfixia; y, mientras tanto, vemos al sanador de almas que llora en un piso destartalado, como de paso, cuando recuerda que no pudo retener en este mundo a su madre. Y alguien lo está buscando, aunque el espectador no sepa nunca por qué. Un personaje que está llamado a desaparecer como llegó, aunque, por suerte, antes de convertirse en pasado, nos devolverá la perdida nieve, que todo lo oculta, hasta el más grande de los vacíos.