Degustando el mejor canto
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Vigo, Teatro A Fundación, 17 de septiembre de 2021. Gala Lírica. Dúos y arias de ópera, zarzuela y canciones de Gounod, Massenet, Donizetti, Vives, Penella y Arrieta. Sabina Puértolas, soprano, Ismael Jordi, tenor, Rubén Fernández Aguirre, piano.
La Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo ha cumplido ya 63 años desde que el recordado Camilo Veiga puso la primera piedra de la entidad. La pandemia ha sido la culpable de que en estos dos últimos años no se hayan podido realizar, como era costumbre, representaciones operísticas adecuadamente orientadas, inteligentemente planificadas. Esperamos que el futuro pueda abrir de nuevo la posibilidad de volver a las tradicionales funciones operísticas de las que hacen afición; y esperemos también que las administraciones correspondientes se puedan estirar y aumentar las aportaciones que permitan dotar de un más amplio presupuesto a las actividades de estos esforzados paladines.
Las contribuciones de la Xunta, el Ayuntamiento de Vigo y la Diputación no suman más de 80.000 euros, cantidad casi simbólica para edificar con garantías una programación en condiciones. No se entiende muy bien que haya tal diferencia de trato económico entre esta iniciativa viguesa y otras más o menos aledañas y el que se tiene con la correspondiente Asociación coruñesa, que desde luego sabe ptoponer una programación lustrosa, bien distribuida, con artistas de mucho relieve en el “cartellone” gracias a las ayudas que recibe del gobierno gallego, del Ayuntamiento, de la Diputación, del INAEM y de la Fundación Emalcsa. En total alrededor de 600.000 euros”.
No tenemos ninguna duda de que, si en Vigo pudieran contar con unas ayudas similares, sus propuestas artísticas no andarían muy a la zaga. En todo caso, no cabe sino felicitar a los de Vigo por el éxito obtenido con la gala del día 17 de este mes. La soprano mantiene en todo lo alto el lustre de una voz de no mucho caudal, pero que llega como un tiro desde cualquier distancia merced a un timbre purísimo de lírico-ligera, a una penetración singular, a una seguridad de ataque, a una entonación sin mácula y a un dominio de las dinámicas magistral. Pasa del pianísimo al “forte” con suma facilidad, con gran naturalidad. Cantó con gracia y brío, con ataques certeros, vocalizaciones exquisitas y fáciles notas agudas, el vals de Julieta de “Romeo y Julieta” de Gounod. Expuso asimismo con espejeante donosura “Regnaba nel silenzio” y “Quando rapito in estasi” de “Lucia di Lammermoor” de Donizetti, que cerró con contundente Re bemol 5.
Se lució en la “Canción del ruiseñor” de “Doña Francisquita” y en los dúos de “Romeo y Julieta”, “Lucia”, “Manon” y “El Gato Montés” de Penella, mantenidos con Jordi, quien nos puso de manifiesto en esta ocasión una emisión muy ajustada, por derecho, sin vacilaciones. La voz del tenor jerezano no es especialmente rica, pero posee un timbre claro bien esmaltado y está manejada con sapiencia técnica, con cuidada administración de reguladores, con direccionalidad bien estudiada. Valiente en su “Ah leve toi, Soleil” de “Romeo y Julieta” y en la escena de San Sulpicio de “Manon” (“Ah, fuyez!”). Expresivo, con estudiados filados en la romanza de “Francisquita” y cumplido, apoyaturas incluidas, en su gran aria de “Lucia”, donde nos recordó por momentos, en su clara pronunciación, en su delectación al frasear, al maestro Kraus.
Dos canciones desconocidas de Arrieta, el citado dúo de Penella y una de las más famosas piezas del llorado Anxo Dobarro pusieron fin a un concierto que tuvo la imprescindible prestación desde el piano de Rubén Fernández Aguirre, un artista que se embebe en lo que toca, que se une a las voces solistas como una más, que no solo acompaña, sino que cointerpreta, que respira y se adhiere a la música con fantasía y calor. Variado, exhibiendo una mímica contagiosa, fue el sustento de una espléndida sesión lírica en la que pudimos degustar el mejor arte de canto, ligado, afinado, expresado y emotivo.