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Felipe VI: “El español es un idioma que hace grandes a todas nuestras naciones”

El Rey preside el acto de celebración del 70 aniversario de la Asociación de Academias de la Lengua Española, donde reivindica el panhispanismo, la unidad que acoge y la riqueza que supone el patrimonio cultural de nuestra lengua

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En en el salón de actos de la Real Academia Española, bajo la atenta mirada de los retratos de Felipe V y Cervantes situados en el estrado y unas modernas pantallas de Led, los Reyes presidieron el acto de celebración del 70 aniversario de Asociación de Academias de la Lengua Española, un evento destinado recalcar no solo la colaboración que existen entre ellas, sino la solidez de una lengua que continúa en expansión y que conserva el preciado tesoro de la unidad, una característica singular de nuestro idioma y una prometedora garantía de su futuro. En su intervención, Felipe VI recordó que «nuestra lengua común» es «el valor cultural que más nos identifica y que suscita verdadero respeto y admiración en el mundo». No quiso dejar pasar la oportunidad que le brindaba esta ocasión para apuntar que «es un idioma que hace grandes a todas nuestras naciones; una lengua que se asoma a la cifra extraordinaria de 600 millones de hablantes, que está en las primeras posiciones entre las más habladas y que permite recorrer inacabables geografías o espacios literarios o virtuales sin cambiar de idioma».
El Rey evocó el enorme esfuerzo que se ha hecho para preparar las obras normativas del español y aseguró que, aunque los lazos políticos se rompieron entre las dos orillas del Atlántico entre España y América durante el siglo XIX, no sucedió así con los lingüísticos. «El panhispanismo ocupó el lugar de la idea de un gobierno de la lengua de carácter centralizado». Señaló que, hoy y entonces, «la lengua española era también un signo de identidad de lo hispano que podía esgrimirse ante las pretensiones hegemónicas del inglés», y destacó algunas contribuciones del panhispanismo en este tiempo: la multinacionalidad del español, su unidad y su intento de evitar su fragmentación, su respeto a la diversidad y su «búsqueda de formas de cooperación adecuadas con las lenguas amerindias». Felipe VI no quiso terminar sin mencionar uno de los grandes desafíos que se plantean en esta sociedad: «Su reto es que la tecnología digital asuma también las reglas que con las que se ha normalizado el español desde hace tres siglos»

Unidad y diversidad

Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, que en esta ocasión también ha ejercido de anfitrión de los directores de la ASALE que han asistido a esta sesión, subrayó la sobresaliente importancia que tiene el panhispanismo para la cultura común que compartimos los países que tienen entre su patrimonio el castellano. «Es importante para asegurar la unidad del español. Se trabaja y se ha trabajado para mantenerla. En todos los lugares, nuestra lengua se ajusta a unas reglas compartidas de léxico y gramática».
Muñoz Machado, que en su intervención aludió a los inicios de la RAE, a la fundación de las distintas academias y la labor intelectual que han desempeñado, quiso recalcar lo decisivo que es la existencia de todas las academias: «El castellano que hoy se habla en el mundo no es el de Castilla. A través de ASALE avanzamos en la formulación normativa. Lo hacemos de una manera federativa, de mutuo acuerdo y sin imponer nada. Esto no se da en ningún otro idioma que exista. Ni en el alemán ni el italiano ni en ningún otro. El todas partes lo que predomina es una absoluta libertad, y eso hace que se confunda, como sucede con el inglés de Estados Unidos y de Inglaterra, o la imposición de unos criterios centralistas, como en el caso del francés».
Uno de los documentos que se han presentado con motivo de esta cita es «La crónica de la lengua española», que ahonda en diversas tesituras, circunstancias, problemas y asuntos de diverso índole y de enorme consideración para el español. Un texto que va recogiendo materia de análisis que son capitales, como la repercusión que tiene el aumento de numero de hablante, la calidad del español que usamos en nuestra habla, los retos que debe afrontar el castellano, la presión que ejerce el inglés en los estados fronterizos o donde se comparte una cooficialidad, como ocurre en el caso de Puerto Rico, cómo se emplea en la Prensa, la administración, las redes o la juventud y, cuáles son los deterioros del buen uso que se han detectado para atajarlos y enmendarlos. «En esta ocasión lo hemos dedicado a relación del castellano con las lenguas aborígenes y el contacto con el inglés. El resultado es muy positivo para el español en estas áreas», explicó Muñoz Machado a este diario. Para él «. Existe actualmente mucho apoyo en las lenguas originarias, que en algunos lugares cuenta con más apoyo que el castellano. Hay lenguas territoriales que tienen más respaldo que el español, que es la oficial, como podemos verlo también en nuestro propio país, pero lo bueno es que no existe ningún desplazamiento del español y continúa siendo predominante en todos esos lugares, incluso en España, aunque esto también se puede apreciar en Puerto Rico. En México, que todavía ven la lengua española como la del colonizador, no tiene ningún riesgo de futuro. Además, nosotros, como la academia mexicana, consideramos que cada vez que se pierde una lengua, se pierde una joya, y desde ASALE también intentamos que se hablen esos otros idiomas, porque eso no implica marginación del castellano. No hay riesgos. Esa es la conclusión».

Inteligencia artificial y lengua

Muñoz Machado comentó a este diario algunos proyectos fundamentales para el futuro inmediato del castellano y su posicionamiento en un mundo cada vez más dependiente de la inteligencia artificial, internet y las pantallas. «Lo más importante es la revolución digital, por lo que implica. Tenemos que evitar que la lengua se fragmente por efecto de las máquinas». El director de la RAE aclara que, «cuando escribimos en un ordenador, el teclado nos indica si nos equivocamos. La pregunta inmediata que asoma en cualquier usuario es quién ha establecido el criterio de esa corrección. Por lo general proviene del fabricante de la máquina, que puede ser Google, Microsoft. Cuando traducimos sucede lo mismo. Es la herramienta de traducción la que determina la regla. Pero vuelve a surgir la misma cuestión: con qué criterio se han definido las correspondencias y la conexión con el léxico y la sintaxis de nuestro idioma. La respuesta es igual a la de antes. Nosotros trabajamos para que el criterio de la máquina, ya sea para corregir, supervisar o en una traducción sea el de la RAE. Es decir, que las reglas generales sean las que nosotros digamos».
Muñoz Machado admite que existe un desafío claro: «Tenemos que conseguir que la misma autoridad que las academias tienen sobre las personas exista sobre las máquinas. Esto nos ha obligado a desarrollar contactos con las tecnológicas para persuadir a sus responsables nuestro discurso y que acepten poco a poco el proyecto LEIA que anunciamos en Sevilla, que no fue un enunciado vacío. Fue solo un pequeño sueño».

Proyectos

Entre los proyectos que baraja la ASALE, aparte de LEIA -«un proyecto abierto a todas las empresas de tecnológicas que quieran sumarse»-, existe un Diccionario de la Historia de la Lengua Española, «que es una le de las obras más esenciales», en palabras del director de la RAE, que aspira a compilar la totalidad del vocabulario castellano. Es decir, «compilar todas las palabras de la historia de nuestra lengua, incluidas las que no se usan y han desaparecido, lo que supondrá toda una «biografía» de la palabra. Otro de los pilares en los que se han volcado los esfuerzos son los diccionarios especializados. Una de las aspiraciones es concluir una serie de estas obras dedicados a léxicos especializados o singulares, como, por ejemplo, uno dedicado a la gastronomía. En este campo es pionero el jurídico. «Estamos trabajando en su digitalización -explica Muñoz Machado-. Hemos concebido un diccionario casi onírico en sus pretensiones, porque cuando un usuario entre en cualquier de sus voces se entrará en un universo inacabable. Estará legislación de cada país».
El futuro del español parece no solo halagüeño, sino que también se antoja muy esperanzador. Parece que crece a buen ritmo, como delatan los datos. Hace nada lo hablaban 400 millones de hablantes y ahora son quinientos los que lo tienen como lengua nativa y 600 si se cuentan aquellos que lo han aprendido. Parte del crecimiento tiene su base en el aumento poblacional en los países hispanohablantes que existen en el mundo y eso tiene una repercusión en el caso de Estados Unidos, donde viven cuarenta millones de españoles y que en 10 años, se estima, puede que frisen los cien millones, lo que situaría a este país en el segundo con más hispanohablantes detrás de México y por encima de Colombia y España.
Otro asunto que preocupa es el papel del castellano como idioma de la ciencia, pero Muñoz Machado también se ha mostrado positivo en este área: «Mi creencia es que dentro de poco, gracias a la inteligencia artificial, el lenguaje de la ciencia no va a ser tan importante, porque la traducción automática avanzará y los trabajos se escribirán en cualquier lengua. Se podrán redactar en cualquier idioma nacional. El traductor automático lo hará posible, y no será necesario aprender idioma. No habrá una lengua dominante».