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La resaca post Goya de Blanca Portillo: “Agradecerle el premio a Maixabel era de justicia poética”

La extraordinaria actriz recibió ayer el primer Goya de toda su carrera por la interpretación sensible y respetuosa que hace de Maixabel Lasa en la última película de Icíar Bollaín
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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El día antes de la gala los Goya, Blanca Portillo estaba subida en las tablas del Teatro Español representando “Silencio”, la última obra de Juan Mayorga con la que en apenas una semana comenzará a rodar por España. Jugando a meterse en otras vidas, inventando diálogos, explorando discursos narrativos con los que poder contarnos, que es, a fin de cuentas, lo que se le ha dado bien siempre. Ayer se subió de nuevo al escenario y fue para recibir el primer Goya de toda su carrera (a pesar de haber estado nominada en dos ocasiones y una de ellas por “Volver”, de Almodóvar, que ayer se fue con las manos vacías de la ciudad pirotécnica) como mejor actriz protagonista por su honesta, sensible y respetuosa interpretación de Maixabel Lasa, pero según contaba a la Prensa minutos después de recibirlo, cuando ya se había acabado la fiesta, los premiados se dispersaban por los intrincados pasillos del Palau de les Arts con sus respectivos cabezones en las manos y los fuegos artificiales de Berlanga se habían integrado de forma plena en el cielo de Valencia, ella nunca ha tenido prisa “para casi nada”.
“Lo que tenga que llegar llegará y si llega bien, y cuando no llega pues no pasa nada. Mientras siga pudiendo trabajar, lo demás esta bien. Este año he cumplido 40 dedicándome a este oficio (empecé muy joven como podéis comprender) y nunca me ha faltado trabajo, eso es lo mejor que se puede tener. No trabajas para que estas cosas pasen, sino porque te gusta hacer tu trabajo, deseas contar historias y luego, a veces, llegan o no los reconocimientos. También soy consciente de que esta vez había un personaje muy potente y muy bello. Ya os digo que que no importa que sea el primero, que no tengo prisa en la vida. Tengo prisa por hacer cosas antes de que se me acabe”, declaró con esa sencillez que solo los grandes albergan.
El vínculo generado con Icíar Bollaín, encargada de dirigir la película de “Maixabel”, que se coronó con un total de tres premios (los dos restantes fueron a parar dentro de las categorías de mejor actor y actriz revelación para Urko Olazabal y María Cerezuela), lo asociaba Portillo a “su olfato maravilloso”. “Creo que Icíar hace siempre con los actores un trabajo muy especial y descubre siempre gente distinta, nueva. Maneja muy bien el material emocional, es muy inteligente, también es actriz. Por eso creo que nos entiende tan bien”, quiso destacar.
Siguiendo con la lógica de las declaraciones de amor que quiso dedicar durante su discurso de agradecimiento, Portillo, con la tranquilidad y la distensión de quien da por terminado el jolgorio de la entrega, remarcó con los periodistas la figura de Maixabel Lasa, viuda del político socialista asesinado por ETA, Juan María Jáuregui: “Agradecerle el premio a Maixabel creo que era una cosa de justicia poética casi. Esta película ha conseguido que lo que ella hizo y hace en la vida trascienda y llegue a más gente y tenerla hoy aquí ha sido un regalo. Ella no es un personaje, es un ser humano, algo mucho más importante y mucho más complejo que interpretarla. Que esté sentada con nosotros, verla emocionarse, que disfrute como los demás cuando recibe cosas… es algo muy bello y a mí me hace muy feliz tenerla cerca. Siempre se lo dedico, somos una especie de hermanas muy raras”, apuntó.